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━━━━━━✧ PRÓLOGO ✧━━━━━━ la llegada a hogwarts
❛ EL SILENCIO ES UN VERDADERO AMIGO QUE NUNCA TE TRAICIONA. ━━Confucio . ❜
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A NEFERET AVERY SIEMPRE LE HA GUSTADO EL SILENCIO. Está acostumbrada a él y sabe que es un suspiro de tranquilidad refrescante en su vida tan miserable.
Después de una pelea siempre viene el silencio, a veces no es algo bueno, pero no puede quejarse, lo prefiere así porque puede relajarse, liberarse (aunque sea un momento) de sus problemas y tensiones. El silencio es la única manera en la que ella puede escucharse a sí misma, escuchar sus pensamientos con claridad y mantener su mente lúcida; cuerda. Suele haber mucho ruido en su interior, tal vez sea por eso que lo prefiere, y por eso dedica más tiempo a conocerse a sí misma porque sabe que sus pensamientos deben ser cuidados minuciosamente y no precisamente porque alguien pueda hurgar en su mente, sino que, hay cosas que debe meditar para no terminar haciendo algo de lo que pueda arrepentirse.
A veces es impulsiva y eso es muy malo para ella, pero se controla. Justo como hacía en ese momento.
Desgraciadamente, ella había sido de las elegidas para viajar junto a otros tantos a Escocia, específicamente a Hogwarts, para la celebración del Torneo de los tres Magos. Detestó la idea desde el primer instante. El ir a Escocia significaba pasar más tiempo con su familia y, si bien estar con su hermano mellizo era lo que más deseaba, odiaba con todas sus fuerzas el tener que volver a ver a sus padres, porque ella estaba segura de que les obligarían a participar en el Torneo y no quería eso. No quería ni necesitaba el premio, tampoco la gloria eterna. Lo único que quería y necesitaba era a su hermano, saber que estaba bien, fuera de peligro y tener certeza absoluta de que, a pesar de lo que sus padres dijeran, él no se apuntaría a una idiotez como esa. Pero probablemente pedía demasiado.
Recién habían llegado a Hogwarts y ya había notado que (entre la emoción del Torneo) no encontraría nada de silencio para su descanso, mucho menos cuando habrían estudiantes de tres escuelas mezcladas en el mismo lugar. Así que, quisiera o no, debía acostumbrarse al bullicio y a no tener ni una sola pizca de tranquilidad en ese lugar, eso la ponía de los nervios.
