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T/n: ¿En serio? -dios, no se me pudo ocurrir otra pregunta más estúpida-

Sanemi: por supuesto… ¿Ahora que vamos a hacer? -sus ojos me seguían mirando fijamente, mi corazón latía muy fuerte-

T/n: no lo sé… no dejo de pensar si es buena idea empezar algo contigo después de como salieron las cosas con Douma

Sanemi: no me compares con ese idiota

T/n: no, no te estoy comparando, pero, ya sabes, todos piensan que tú eras mi amante

Sanemi: ¿Y no lo fui? -sonríe de una forma juguetona-

T/n: no seas idiota -lo empujé y caminé hacia otro lado- no es algo de lo cual sentirme orgullosa

Sanemi: jajaja lo sé, lo siento, pero tampoco somos culpables de un crimen, simplemente nos gustamos e hicimos cosas que ambos queríamos, ahora debería ser igual

T/n: tu… ¿Quieres salir conmigo?

Sanemi: primero dime una cosa

T/n: ¿Que?

Se vuelve a acercar a mí, pone sus manos en mi cintura y me hace retroceder sin decir nada hasta que chocamos con la pared, quedamos justo en la puerta y le pone seguro

Sanemi: ¿Te gusto?

T/n: eso ya te lo dije… ¿Por qué cierras la puerta?

Sanemi: por qué no quiero que nos interrumpan, ahora quiero que me lo digas sin estar ebria

T/n: eres un… idiota jajaja me gustas, mucho

Sanemi: entonces no pienses en nada más

Me toma la cara y me besa, obviamente le respondí, al principio fue un beso tierno pero fuimos aumentando de intensidad, nuestras lenguas tenían una batalla para saber quién tomaba el control, el me toma en brazos, rodeo su cintura con mis piernas, no suelo usar mucho vestido, pero ese día lo estaba haciendo y sentir sus manos directo en mis muslos hacia que mi respiración se cortara, me sentó en el escritorio, muy al orilla para dejarme cerca de él y me seguía besando, pero el corta el beso

Sanemi: creo que estamos demasiado intensos -junta su frente con la mía-

T/n: así empezó lo nuestro

Sanemi: lo sé, pero si no los detenemos ahora, estarás en problemas -me sonríe mientras muerde su labio- y se que eres reservada en el trabajo -lo decía mientras pasaba sus manos debajo de mi vestido hasta llegar a mi cintura y jalarme aún más cerca de el-

T/n: tú no quieres lo que me estás diciendo… no quieres detenerte

Sanemi: obvio que no, solo estoy esperando a que me digas que sí y yo sigo

T/n: ¿Tienes clases después del receso?

Sanemi: no, tengo esa hora libre

T/n: entonces sigue, que tenemos tiempo de sobra

No tuve que seguir insistiendo, tomé mi celular y puse un poco de música para disimular el ruido que se venía a continuación, le saqué la camisa, él levanta mi vestido y lo hicimos ahí, en el escritorio de mi oficina y él fue igual como lo recordaba, fue intenso, se preocupó por mí, me besó hasta que se cansó, sus manos recorrieron todo mi cuerpo demostrando cuanto me deseaba y que no solo era simple sexo, el toque de sus manos eran electricidad en mi cuerpo, quemaban tanto que quería más de el, y su voz se volvió ronca, tanto que quería oír más de el, más de sus manos, de su boca, de su cuerpo encima del mío reclamándome cómo suya…

Después de terminar aún nos quedaban algunos minutos antes de que él tuviera que ir a dar sus clases, me ayudó a dejar todo como estaba, a limpiar lo que había que limpiar, todo era más fácil por qué tenía un baño privado en mi oficina y luego de eso estábamos en el sofá que había ahí, yo sentada encima de él mientras nos seguíamos besando

desde aquella noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora