Di vuelta mi cabeza, mi padre estaba ahí mirándonos cómo estábamos abrazados, él no era un hombre que disimulaba cuando alguien le caía mal y con tan solo ver su rostro me di cuenta que en cualquier momento sacaba un arma y le apuntaba a mi novio, solté a Sanemi y lo fui a saludar
T/n: Hola papá ¿Que haces por acá?
Muzan: vine a comprar algo para comer…
T/n: ¿Tu?... ¿Por qué no enviaste a alguno de tus hombres? Jamás sales a comprar
Muzan: ¿Y mi nieto? -cambió de tema-
T/n: quedó en casa con Genya
Muzan: ya veo… ¿Ustedes están en una relación?
Miré a Sanemi, el estaba escuchando, se acerca y le da la mano a mi padre para saludarlo
Sanemi: hola señor
De mala gana mi padre le da la mano
Muzan: … ¿Y?
T/n: si, estamos juntos de nuevo, estamos pensando en ir a vivir los cuatro, Megumi, genya y nosotros
Muzan: ¿De verdad?...
Sanemi: si, nosotros nos amamos, no hay motivo para seguir separados
Muzan: estarías mejor conmigo
T/n: no, no lo creo
Muzan: por qué no lo piensas
T/n: papá…
Muzan: ¿Que? Estarías mejor conmigo, y la vida que yo te puedo ofrecer
T/n: ¿La vida que me ofreces? Yo no quiero eso, ya tienes suficiente dinero ¿Para que quieres más? Yo he tratado de escapar de esa vida por muchos años ¿Acaso no te das cuenta?
Muzan: tengo que asegurarle la vida a mi nieto, no quiero que pase necesidad
Sanemi: de eso no se preocupe señor, para eso estoy yo, se que no les podré dar todo lo material que le ofrece usted, pero el amor y la compañía jamás les faltará, estaré siempre para ellos.
Muzan: ¿Que quieres decir imbécil…?
T/n: basta… no quiero peleas, mi decisión ya está tomada, nos puedes visitar cada vez que quieras.
Muzan: hija… eres una kibutsuji, tienes que seguir el día en el que yo no esté
T/n: no… cuando mueras, contigo muere el legado de la familia kibutsuji, yo soy parte de la familia shinazugawa ahora
Sanemi me toma la mano, nos miramos, sentí su apoyo, yo no quería tener la misma vida que mi padre
Muzan: ¿dónde vivirán?
Sanemi: aún no lo decidimos, pero en cualquiera de las dos casas, es bienvenido.
Muzan mira con odio a Sanemi, podía ver cómo se estaba mordiendo la lengua para no seguir peleando, solo por mi claro y sale del restaurante, el hombre que andaba con papá me mira
Hantengu: el ha venido a diario acá para ver si se encontraba con usted y con el niño, sabe que este es su restaurante favorito
T/n: ¿De verdad?
Hantengu: si, los extraña mucho
T/n: ¿Y por qué no solo lo dice?
Hantengu: sabe lo orgulloso que es, jamás lo reconocería, dese un tiempo y vaya a verlo con Megumi, por favor
T/n: he escuchado que han habido algunos problemas…
Hantengu: si, pero nada que no podamos controlar
T/n: bueno, cuando se calme todo iré a verlo, avísame por favor
Hantengu: como usted diga
Esperamos la orden del restaurante y nos fuimos a casa, Megumi estaba bien, y comimos la cena, después de varias conversaciones decidimos vivir en la casa de Sanemi, era un poco más pequeña en la casa que estaba viviendo ahora, pero era la casa donde vivía con sus padres, no lo haría dejar esa parte de su vida, y empezamos a trasladar mis cosas, aunque de a poco, ya que mi casa se convirtió en nuestro lugar, en dónde podíamos estar solo los dos sin pensar en el mundo exterior, solo el y yo disfrutando de la compañía del otro, así que no íbamos a apresurar la mudanza
Pasaron varios meses
Día viernes en la academia, en la hora de comer
Himejima: ¿Ustedes van a ir?
T/n: no lo sé
Uzui: por favor… ya no salen con nosotros
Sanemi: yo ya tengo todo arreglado, genya se va a quedar con Megumi pero es t/n quien no le gusta salir sin el
T/n: sabes que me siento culpable cuando salgo sin mi hijo
Mitsuri: pero igual debes cuidar de ti, despejarte, pasarlo bien
T/n: lo sé
Kocho: has estado rara estas semanas, debes distraerte
Sanemi: has tenido muchas cosas en la cabeza, salgamos a distraernos un poco, si estás muy preocupada por Megumi nos devolvemos
T/n: -suspiré- ¿Y a qué hora es?
Uzui: a las 9
Sabito: dejan a nuestro sobrino durmiendo y salen
T/n: ok, está bien vamos…
A la noche fui con los chicos, aunque salí sin querer hacerlo, me sentía mal, y estaba sensible pero quizás era por lo que me había enterado hace un día… estaba sentada con los chicos mientras ellos conversaban
Sanemi: -me dice al oído- ¿Aún estás preocupada?
T/n: si -no le iba a mentir a Sanemi, me quería ir a casa-
Sanemi: le hable hace unos minutos a Genya, me dijo que todo estaba bien
T/n: está bien
Me quedé en silencio unos minutos más pasando mi celular por las manos, mirando distraídamente a todos lados
Sanemi: ok, vamos
T/n: ¿Ah?
Sanemi: vamos, no quiero verte así, ni siquiera has querido beber algo, así que vamos
T/n: ¿No te molesta?
Sanemi: por supuesto que no -me sonríe y me da un beso, se coloca de pie- nosotros nos vamos -mira a los demás-
T/n: lo siento chicos…
Nos despedimos de todos, me sentí más aliviada al saber que en unos minutos iba a estar con mi hijo pero al llegar el corazón se me detuvo
Sanemi: pero que mierda…
La puerta de la casa estaba abierta, nos bajamos del vehículo y entramos corriendo y gritando el nombre de Genya y de Megumi, no estaban en el primer piso, ahí todo parecía normal pero mi instinto me decía que algo pasaba, así que fuimos al segundo piso y fuimos a la habitación de Megumi, encontramos a Genya en el suelo con sangre en el rostro, la habitación revuelta, nos miró y como pudo nos habló, se veía muy mal.
Geya: se lo llevaron
T/n: -me senté a su lado- ¿Qué paso? ¿Estás bien?
Genya: lo siento tanto, no pude defenderlo
Sanemi: ¿De que estás hablando? ¿Dónde está Megumi?
Genya: unos tipos entraron y se lo llevaron a la fuerza
Mis manos empezaron a temblar y mi corazón a acelerarse, yo presentía que algo iba a pasar y salí igual… me tuve que haber quedado, el arrepentimiento, el temor, la rabia pasaron por todo lo cuerpo en un segundo.
T/n: ¿Quién fue?
Genya: no lo sé… pero nombraron a tu padre…
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desde aquella noche
FanfictionEl camino hacia la felicidad va a ser difícil sobre todo por qué quieres arrancar de la vida que tenías desde pequeña pero algo en ti no te dejaba, soportaste muchas cosas que jamas pensaste soportar, pero un día todo cambió y fue desde aquella noch...