Capítulo 5:
2 días después...
Nuestro momento había llegado. Estábamos preparados para lo que sea que fuera a venir, nuestro último día de tortura, ¡AL FIN! En unas horas, la ansiosa final que tanto esperamos. Nada fácil, pero estaba bajo nuestro propio control. Aún no podía creerlo, lo que siempre soñamos esta justo frente a nuestros ojos, en realidad lo estaba, porque el trofeo estaba enfrente nuestro, irónico ¿no?
Los nervios se podían sentir que provenían de cualquier lado, de todas y cada una de las personas presentes en la cancha, desde los jugadores y porristas hasta el público y los vendedores de golosinas de las tribunas. Con un clima en el cual podías observar tu propio aire al hablar, era al que nos enfrentábamos.
-Muñequita te luciste para la ocasión- el imbécil de Zack me estaba coqueteando.
-Termina y haz bien tu trabajo, porque te juro que si llegan a perder, terminarás comiendo del pasto de la cancha- todos retractaban a Zack.
-Tranquila preciosa, a ti más te vale ser la que termine bien la rutina de las zorras- todo su equipo río.
-Y tu prepara a los perros, porque sino serán domados.
-Por ti- Todos reían y sólo lo ignore, debía supervisar el trabajo de mi equipo, no podía estar soportando los caprichos de Zack.
Qué raro, no encontraba a Louise por ningún lado, y estábamos a punto de comenzar, le deje 11 mensajes y no me responde. Espero no se haya quedado dormida y se pierda la final. Mi pequeña rubia teñida no podía perderse la final que estuvimos esperando.
-Y ahora el mejor equipo de porristas que toda esta ciudad ha visto, los Troncats, para deleitarnos antes de esta enorme final- era nuestro momento, todos gritaban y aplaudían con gran emoción por nuestra aparición ¡¿Dónde diablos estaba Louise?!
-Selena, es momento de salir- escuche detrás de mi.
-No puedo, no ha aparecido... ¡Louise!- mire atrás de mi, y allí estaba mi vida.
-Sabía que mi hermosa morenaza me esperaría.
-Claro mi dulce rubia teñida, sin ti no podríamos empezar.
Con una gigante y sincera sonrisa iluminando nuestros rostros, rompimos la barrera y salimos hacia la helada cancha, todos nos observaban y era increíble la admiración que tenían hacia nosotras.
El árbitro pitó y aviso que el juego se daba por iniciado. Tensión, nervios, ansiedad y felicidad es lo que se podía ver en todos los rostros de todos los atentos que veíamos el partido, y mucho más aún de los jugadores por toda la presión recargada en ellos. Una tensión mayor y vibrante que la de hace 2 días en la semifinal.
Medio tiempo 0-0 esto era totalmente estresante ¿Cómo era posible?
-El de las palomitas, ven acá que muero de hambre- Louise estaba en la barra libre, llamando al chico por palomitas.
-Hola nenas- el muy idiota estaba babeando por nosotras.
-Deja de miserable y danos dos palomitas- le dije en su cara.
-Seguro preciosa, son $3.00.
-¿Qué no es una barra libre?
-Las palomitas para muñecas tienen costó adicional.
-Sólo toma el dinero y largate si- tire el dinero por encima de él y del mostrador.
-Claro nenas, adoro ver esos grandes traseros.
Sería un poco incómodo solo comer esto, así que llamamos al chico de los refrescos, pero no sólo para eso, buscábamos venganza.
-Oye tú, el de las bebidas- llame la atención del chico.
-¿Qué desean?
-Dos sodas medianas y una grande, la más helada que tengas- pedía para llevar mi sencillo plan acabo.
-¿No hace frío como para pedir la soda más helada?
-Tú solo sírvela y ya- le restregó Louise.
El chico atendió nuestra orden. Buscó la soda más helada, y si que era la más helada, hasta sentía que al sostenerla mi mano se congelaba, claro que no era para nosotras.
-Oye cretino- le gritaba al chico de la barra libre.
-Recibe una dulce venganza nuestra- Louise y yo tomamos el vaso de soda y se lo tiramos encima, dejándolo congelado y muerto de frío por las bajas temperaturas y lo helado de la soda.
Todos notaron nuestro acto.
-Linduras, tranquilas- decía Zack tratando de tomarnos de los hombros.
-Tú terminarás así, y peor si no nos dejas en paz tú y tu manada, más les vale no meterse con nosotras.
Así somos nosotras, nos la haces, nos las pagas.
De vuelta a la cancha, teníamos que derrotar a los Hellcats, no estaba siendo nada fácil, estaban dispuestos a robarnos nuestra victoria. Y estos buenos para nada, sólo servían para andar con las zorras y no ponían de su parte por ganar esta final.
Cinco minutos, sólo 5 minutos para que terminara y nadie había anotado. No quiero ni pensar que quedaremos en segundo lugar, estamos aquí por el primer lugar. Lo que temía, estaba por finalizar y los Hellcats tenían el punto a su favor. Y el partido llego a su fin, lo perdimos, perdimos la final.
El otro lado celebraba a más no poder, mientras que nosotros tratando de darnos aliento, el poco que le quedaba al equipo y a los aficionados que teníamos el segundo lugar. No puede ser. Último día y no pudimos levantar esa copa...
