La ducha.

6 1 0
                                    

        

     El agua y su calor no fue bastante.

     Mis piernas se movieron como alas

queriendo capturarte,

y mis manos soñaban ser tus manos,

y mis dedos soñaban ser tus dedos

hasta que un instante

cesó el dolor y me estalló el deseo.

     Igual que un oleaje

me estremecí, sin freno,

como un junco,

para quedar, por fin, entera ardiendo.

Entre la tierra y el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora