Male reader x Carl Grimes
Carl Grimes, tu Carl Grimes, con el tiempo el cariño se había convertido en un amor mutuo, en un amor incondicional.
¿Pero que se hace cuando tenés todo el amor en las manos, y el amor de tu vida siquiera tienen corazón fu...
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━━━Capítulo reescrito
━━━EL CALOR pega fuerte sobre la carretera seca. El aire apenas se mueve.
El poco viento que sopla arrastra polvo caliente que se te mete en la garganta. No hay nadie. Los autos parados a los costados parecen llevar años ahí, vidrios rotos, puertas abiertas, manchas oscuras de sangre seca en el asfalto. Algunos todavía tienen dentro bolsas de plástico arrugadas, ropa vieja, y comida podrida. El olor en el aire es una mezcla de hierro, mugre y calor rancio.
Caminabas por el medio de la ruta con la mochila colgando de un solo hombro. Te mueves lento, arrastrando los pies. El barro seco te cubre la piel, la ropa te cuelga floja porque estás demasiado flaco, más de lo que deberías. El pelo te cae enmarañado sobre la cara, pegajoso. Tus ojos antes bellos, resaltantes, estan hundidos y oscuros, siempre revisando a los lados. Cada tanto te agarras el estómago que te suena vacío.
Tus manos tiemblan cuando tocas las manijas de los autos, uñas negras de tierra, y dedos huesudos.
Te acercas a una camioneta alta. La chapa está caliente y le quema la palma cuando se apoya. Te inclinas y mira adentro. No hay nada a simple vista, intentas abrir la puerta y el chirrido se escucha más fuerte de lo que quisieras.
En ese momento en el absorto silencio, se escucha un ruido que podría ser dueño de tus pesadillas, pasos arrastrados, y gruñidos.
Miras hacia la carretera. Una horda, aunque no muy grande se acerca.
No lo pensas dos veces.
Te subis rápido a la camioneta, tiras la mochila sobre el asiento del copiloto y te encoges debajo del volante.
El interior de la camioneta es sofocante, la humedad, el calor pudiente, y cargado de polvo.
____ respiras por la boca, intentando no hacer ruido. Buscas con la mano a ciegas y encuentras una envoltura arrugada en la guantera. Una barra de frutilla. La abris y te la metes a la boca de inmediato. Masticas rápido, la devoras. Chupas hasta el plástico. El dulce te queda pegado en la lengua, al igual que el sabor a viejo.
