Male reader x Carl Grimes
Carl Grimes, tu Carl Grimes, con el tiempo el cariño se había convertido en un amor mutuo, en un amor incondicional.
¿Pero que se hace cuando tenés todo el amor en las manos, y el amor de tu vida siquiera tienen corazón fu...
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LA LUZ del amanecer te golpeó los párpados antes de que te dieras cuenta de dónde estabas. No era el asiento duro de la camioneta. Era algo blando, un sillón desgastado pero cómodo. Te incorporaste de golpe y el mundo giró. Un mareo repentino te nubló la vista, agarrando los brazos del sillón para no caerte.
El corazón te latía con fuerza. Miradste a tu alrededor, desorientado. Estabas en una sala de estar desconocida. Muebles sencillos, paredes de madera clara, olía a limpieza y a hierbas. Y allí, de pie junto a una mesa, había una chica morena que no conocías. Te miraba con curiosidad, sin acercarse.
─ Ya despertó ─ dijo ella, dirigiéndose a alguien en otra habitación. Su voz era clara, joven.
Buscaste tu mochila a tu lado, en el suelo. La agarraste con fuerza y te la colgaste de un hombro, poniéndote de pie tambaleante, el mareo golpeandote de lleno. Tu intención de huir era clara.
En ese momento, Andrea entró por la puerta. Tenía el rostro cansado pero una expresión calmada.
─ Tranquilo ─ dijo, levantando las manos suavemente. ─ Estás a salvo.
Tú retrocediste un paso, chocando con el sillón.
─ Encontramos la puerta de la camioneta abierta esta mañana ─ explicó Andrea, manteniendo la voz baja y firme. ─ Y tú allí, profundamente dormido. No despertabas ni con el ruido. No quisimos dejarte solo en la carretera.
La chica morena, Maggie, se acercó un poco. Esbozó una sonrisa pequeña, amigable pero cautelosa.
─ Hola ─ dijo simplemente.
Andrea señaló hacia la ventana.
─ Los demás están afuera. No entrarán si no quieres.
Te quedaste quieto, con la mochila apretada contra tu espalda, mirando alternativamente a la puerta y a las dos mujeres. El mareo comenzaba a ceder, dejando atrás una confusión profunda. Habías fallado. Tu escape no había sucedido. Y ahora estabas en un lugar nuevo, rodeado de desconocidos que decían haberte traído dormido.