22

1.5K 160 7
                                    

KATHERINA BAJÓ LAS ESCALERAS EN SILENCIO, LLEVANDO UNAS PANTUFLAS DE UNICORNIO, saliendo luego por la puerta principal y dejar la puerta junta para no quedarse fuera, yendo hacía Ren, quién simplemente sonreía enamorado apoyado en un árbol

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

KATHERINA BAJÓ LAS ESCALERAS EN SILENCIO, LLEVANDO UNAS PANTUFLAS DE UNICORNIO, saliendo luego por la puerta principal y dejar la puerta junta para no quedarse fuera, yendo hacía Ren, quién simplemente sonreía enamorado apoyado en un árbol.

—Buenas noches, Kath—saludó besando su mejilla con una sonrisa— ¿qué tal estás?

—Hola, Ren—saludo abrazándose a si misma por el frío— pues... mejor si no estuvieras aquí.

—Yo también estoy feliz de verte—siguió con esa sonrisa juguetona— ¿tampoco podías dormir?

—¿Qué haces aquí?, ¿vienes a reírte de mi y darme la tarjeta roja o lo que sea?

El chico quitó su chaqueta mientras reía suavemente, colocándola sobre los hombros de la fémina para mirarla y agacharse un poco para que sus rostros quedaran uni frente al otro.

—¿Crees que yo, personalmente te daría esa tarjeta?—alzó una ceja, negando— creo que me confundes con alguien más, Kath.

—Mmm... las manzanas no caen lejos de los árboles.

—¿Me crees igual de insensible?—suspiró— Kath, viaje a Paris a perseguir a mi mejor amiga porque me gustaba... ¿y así me ves como un insensible?

—No es lo mismo estar enamorado que hacer que un pobre chico sea bulleado por una escuela completa.

—Yo no hice nada—dijo honesto— de hecho, Thyme es quién hace esas cosas y hacerlo entrar en razón es como hablar con una pared, no puedes cambiar a alguien que no quiere ser cambiado.

—Y no puedes razonar con alguien que no quiere hacerlo, Ren.

Kath estaba molesta, sobre todo por lo que Gorya había dicho, y no sabía si eran los celos o simplemente la incomodidad que la hacían comportarse así, pero tampoco quería pensarlo demasiado.

—¿No has leído nada o si?

—He tratado de borrar lo que más he podido y por eso decidí venir, no quiero que termine lo que tenemos y... no vale la pena dormir peleados.

—¿Lo qué tenemos?, ¿qué es precisamente?

Ren sufría un cambio de personalidad impresionante frente a Kath, casi como un pavo real pavoneándose con coloridas plumas, era como si su timidez y baja autoestima se volviera seguridad junto a carácter, cosa que nunca había sucedido, ni siquiera con Mira.

—¿Sabes que puedo estar con quién quiera, verdad?—besó la nariz de la castaña al verla poner mala cara— sin embargo, yo quiero estar con quién ya no quiere estar conmigo... ¿no puedes ayudarme con eso?

—¿Por qué estás actuando así?

—Porque estoy harto de que nadie respete mis gustos—se quejó, tomando los brazos de la chicha para meterlos en los brazos de la chaqueta— y que nadie pueda simplemente soportar la idea de que quiera estar contigo, vaya tontería... si supieran en que andan los otros tres no serían tan puestos en la cúspide de la pirámide.

—¿Qué estás tratando de decir?

—Que no me importa lo que digan de mí... pero si me importa lo que dicen de ti—suspiró cerrando la chaqueta y besándola cortamente — y me da igual si me dices que no, me rechazas o te mudas a Canada, voy a seguirte y atormentarte hasta que me digas que si... buuuu~—movió sus dedos como si fuera un fantasma.

—Ve a descansar, mañana hablamos con calma—suspiró.

—Sea lo que digan, tenemos tanta química que podríamos seguir agregando elementos a la tabla periódica.

—¿Qué sucedió...?, de lo que te conozco no...

—Descansa y nos vemos—se despidió— ve a descansar, bonita.

LA LLEGADA A KÖCHER HABÍA HECHO A KATHERINA tomar un par buses equivocados y despertar más temprano que de costumbre, sin embargo, la puerta le hacía inquietarse sobre la posible tarjeta roja, ¿si no abría su casillero, igual todos sabrían que la ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LA LLEGADA A KÖCHER HABÍA HECHO A KATHERINA tomar un par buses equivocados y despertar más temprano que de costumbre, sin embargo, la puerta le hacía inquietarse sobre la posible tarjeta roja, ¿si no abría su casillero, igual todos sabrían que la tenía?, ¿era posible que Thyme le pusiera una de esas?, tantas preguntas que la hacían querer volver a casa y llorar en los brazos de su padre rogándole volver a Australia, no le importaba si debía volver a ser niñera y hacer las tareas del hogar allá. No sabía porque estaba tan asustada, pero quizás porque nunca había visto semejantes cosas, o simplemente subestimaba a los ricos.

—Kath, puedes fingir un resfriado y volver a casa...—se habló, tratando de tranquilizarse— no no, no puedo acobardarme ahora.

Hizo una cuenta regresiva y se colocó sus auriculares para simplemente tratar de relajarse, poniendo la música en aleatorio para simplemente dejarse llevar por la guitarra de Gossip de Måneskin, entrando por fin al recinto y notando simplemente lo que definiría por caos.

Fotografías suyas que ni siquiera recordaba que se había tomado en Australia, con Thyme, con Ren y simplemente mierda, incluso, notando como simplemente todos la veían acercarse a las fotografías. Se acercó a las fotografías para abrir su mochila y encontrar un encendedor—que claramente no era suyo, sino de Sarah que tuvo que haber guardado por accidente esa mañana— y lo encendió, quemando cada una de las fotografías, para luego simplemente tomar la que salía con Ren y Thyme para voltear a ver al "público".

—¿Todo por dos hombres?, ¿es en serio?—soltó una risa, optando por una actitud de rebeldía cuando quería llorar— pensé que habíamos avanzado un poquito.

—Los F4 nunca estarían con alguien de tu nivel, bruja.

—Mmm... —encendió nuevamente las fotografías para lanzar las al aire y que el fuego soltara simplemente cenizas, acercándose luego a la chica— creo que con quién ellos nunca estarían es contigo, tienes un alma muy fea...

Somchai simplemente reía mientras que se apoyaba en su locker, rodando los ojos al notar como Katherina actuaba de esa forma, sabiendo que luego debía consolarla.

—¿Y las fotos?, debo agradecer tener un admirador o admiradora... pero realmente habían mejores que esas.

Decidió avanzar a su casillero mientras que pasaba entre alumnos para luego abrirlo y notando como la tarjeta roja se mostraba en todo su esplendor.

—Santa mierda...—tragó saliva, encendiendo nuevamente el encendedor y quemarla mientras tragaba sus lágrimas.

—¡Katrina tiene la tarjeta!

—¡Katrina tiene la tarjeta!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MAGIC  ;; REN [F4 Thailand]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora