Capítulo 04.

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-Así que sí conoces a ese sujeto.

Dijo Jo seco y frío.
Me estremecí.

-Si Jo... por el estaba triste la noche en la que nos conocimos...

*FlashBack*

-¿Te encuentras bien?

Me preguntó el extraño chico acariciando mi hombro suavemente.

Negué con mi cabeza.

No deseaba hacer nada más de desaparecer.

-Se que no nos conocemos... pero no soy una mala persona.- Busco mi mirada.- Y creo que puedo ayudarte, si tan solo me cuentas que te pasa.

Volví a negar con mi cabeza.

Un sollozó se escapo de mis labios.

Por un momento, sentí una verdadera confianza en aquel chico, voltee encontrándome con sus hermosos ojos verdes.

Con sus labios a pocos milímetros de míos, sin importarme que paso, lo bese.

Tenía la necesidad de hacerlo, aunque sea un completo desconocido, lo hice.

Me aleje de sus labios al estar consciente de lo que había hecho.

-Yo.. lo siento.. no debí.. perdón.

Susurre.
El chico río y extendió su mano.

-Tranquila, además, me ha gustado el beso.- Me ruborice.- Soy Jo Parker

Tome su mano ya algo más calmada.

-_________ Stevens.

*Fin del FlashBack*

-¿¡Y por que mierda nunca me lo dijiste!?

-Porque era un problema de dos, Jo, mío y de Ross.

Sorbí la nariz.
Jo suspiro despeinandose el cabello

-¿Te has acostado con el?

Baje mi mirada y asentí completamente ruborizada...

-¿Por qué no me dijiste nunca que lo conocías? Joder... ¿Sigues sintiendo algo por el?

Mordí mi labio inferior.

-Si.. Jo, nunca pude olvidarme de Ross..

R:

Bufe estresado.
Maldito Jo.
Maldita la hora en la que se conocieron.
Maldita la hora en la que naciste puto Jo.

-No lo se, el punto es que no es mi hija y estaba en la plaza al frente de la cafetería Gemma's perdida.

Suspire.
No podía quedarme con Abigail.

Tal vez sus padres estén buscándola o...

-¿Seguro Joven Lynch? Se parecen mucho.

Volví a bufar.
Cargue a Abigail y la puse en el mostrador.

-Yo tengo ojos mieles.

-Casi verdes.- Dijo el recepcionista quien nos observaba.

-¡Ella los tiene verdes!

Gruñí.

-Y porque los dos tengamos cabello Rubio no quiere decir que sea mi hija.

Aunque era verdaderamente extraño.
Abigail era una chica que conocí en el reformatorio y ahora resulta que esta nena también se llama Abigail.

Fruncí el ceño.

-De acuerdo, trataremos de encontrar a sus padres, si no tendrá que ir a un orfanato.

Asentí.

-¿Por cuanto tiempo tiene que estar conmigo?

El recepcionista apuntó algo en su agenda.

-Un mes.
Abrí los ojos como platos pero termine asintiendo.

*

-De acuerdo Abigail... la pizza llegara en 30 minutos.

Abigail movió su cabeza de arriba a bajó sonriente mientras veía Peppa.

Una canción de Walk The Moon comenzó a sonar.

Agarre mi teléfono y una llamada de un número desconocido.

Conteste y puse mi teléfono en mi oído.

-¿Aló?

-¿Ross podemos hablar?

Entreabrí los labios.

-_________...

Susurré atontado y no tarde en aceptar.

***
Frutillas habrá maratón de una novela, ustedes elijan:
-Mi peor error.
-Acosándola.
-¿La madrastra? II
Comenten la que quieren en los comentarios, las amo!

La madrastra II | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora