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❝ CAPÍTULO SIETE ❞♡
chloé's point of viewTodos los años esperaba con ansias que llegara mi cumpleaños, todos menos este.
Tenía que quedarme dos horas más después de clase para hacer un maldito examen de recuperación de historia.
Ah, y hablando de clases, ni Max ni Adri se habían presentado, en ese momento, odiaba a esos malparidos.Caminaba entre charcos de lluvía con la capucha puesta, sí, todo era una mierda, ni siquiera el tiempo estaba de mi parte. Estaba cansada, cabreada, triste y encima tenía todas las probabilidades de coger un resfriado.
Mi estado de ánimo era el mejor pretexto para gastarme todo el dinero que tenía en vestidos y tacones que solo me podría una vez y luego quedarían en mi armario para los restos.
Supongo que sí nadie me felicitaba y me compraba regalos, yo misma tendría que hacerlo. Y como dijo Blair Waldorf una vez; "quién dijo que el dinero no da la felicidad, no sabía dónde comprar".
Llegué a casa bastante más tarde que de costumbre, con unas cinco bolsas en las manos, más la mochila en hombros parecía un colgador andante y empapado.
Abrí la puerta y al ver la sala de estar llena de gente al segundo todas las piezas cayeron en su sitio como un puzzle.Volteé los ojos buscando a mis amigos y me dirigí hacía ellos al momento de ubicarlos.
—¿Qué es todo esto?
—Tu cumple. —habló Adri con la boca llena, Max estaba al lado, pero una gran mesa llena de aperitivos acaparaba toda su atención. —Felicidades por cierto.
—Vale, ¿y por qué nadie me ha avisado? —pregunté todavía intentando asimilar toda la situación.
—Porqué si no no seria sorpresa, ¿es que hay que explicártelo todo? —dijo Max mientras me pasaba un brazo por el hombro, todavía con mirando a la mesa escogiendo que sería lo siguiente que se comería. —¿Por qué has llegado tan tarde?
Levanté las bolsas y sonreí orgullosa de ellas, Max asintió con una sonrisa. año —¿Era necesario dejarme sola en clase?
—Alguien tenía que organizar esto ¿no? —dijo Max con cierta superioridad, lo miré con cierto entusiasmo mientras una sonrisa se dibujaba en mi cara.
—No mientas, Sira a ha hecho más que tu y yo juntos. —habló Adri mientras la señalaba.
Me giré hacía donde apuntaba su dedo, vi a Sira de pie al lado de Ferran, y dos chicos más que estaban de espaldas, uno de ellos juraría no haberlo visto en mi vida, al otro, lo reconocería hasta a cien metros de distancia.
¿Qué hacía Pedri aquí?
—Voy a cambiarme, decirle a Sira que suba a mi habitación. —hablé antes de correr hacía las escaleras.
Había colocado todos los vestidos en la cama y y daba vueltas alrededor pensando cual era la mejor opción, hasta que oí un par de golpes en la puerta y Sira apareció en el marco de esta.
—Feliz cumpleaños mi niña —dijo mientas me abrazaba. —dime que ya has visto mi regalo —mencionó al separarse de mí y yo negué lentamente con la cabeza. —he conseguido que venga Pedri, te parecerá poco con lo que me ha costado convencerle.
¿Cómo le digo que llevo casi dos semanas evitándolo?
—Eres la mejor, ahora ayúdame a elegir. —no es que no fuera a contarle todo lo que había pasado, pero todavía era un tema delicado para mí, y temía que hablar de ello me removiera cosas que no quería.
—No pareces muy entusiasmada... —Habló mientras yo cogía uno de los vestidos y me ponía delante del espejo —¿A pasado algo?
—Larga historia, te lo cuento si te quedas a dormir. —habían pocas cosas que se me daban mejor que chantajear a mis amigos.
—Este sin duda. —afirmó señalando el vestido rojo. Sonreí satisfecha por su elección, también era mi favorito.
Me separé de Sira al bajar, ella volvió a la sala y yo fui a la cocina a servirme algo antes de empezar a saludar a todos.
—Así que 17 ya. —reconocí la voz detrás de mi de inmediato ¿cómo no hacerlo?
—Bueno, para ti eso son unos 14. —vacilé todavía sin girarme a verlo -—¿crees que en unos meses tendré ya la regla? —susurré al mirarlo, la ironía en mi voz sonaba como si estuviera bromeando, pero estaba resentida, y él lo sabía.
—¿A qué juegas?
¿Eh?
—¿Eh? —murmuré frunciendo el ceño.
—Te dije que teníamos que hablar y me has bloqueado de todas partes ¿qué es lo que pretendes?
Ah, eso.
—Y yo ya te dije que no tenemos nada de que hablar, sólo cumplo con mi promesa.
—Chloe joder, yo no hablo de eso. Tenemos que hablar de lo que paso esa noche, es mucho más serio de lo que crees. —mi piel se erizó al recordar a lo que se refería. —Deberías hablar con alguien, alguien que pueda ayudarte, no sé, si no quieres contárselo a tus padres, podemos buscar un psicólogo.
Una parte de mi se lleno de ternura al sentir su preocupación, la otra volvió a marchitarse al no escucharle mencionar nada sobre nosotros.
—Esta bien, si te prometo que hablaré con alguien y tendré más cuidado la próxima vez que salga, ¿me dejarás en paz?
—¿Es lo que quieres, qué te deje en paz?
—No Pedri, eso es lo que tú quieres.
No conseguía descifrar sus expresiones, me frustraba tanto no saber si era la única a la que esta conversación le estaba rompiendo por dentro. Puse mi mano en la encimera en la que estaba apoyada, y casi como algo causal, un vaso de cristal cayó al suelo.
Me agaché para recogerlo casi al mismo tiempo que Pedri, estábamos tan cerca que mis manos temblaban tanto por todas las emociones que contenía, hasta que uno de los cristales se clavó en la palma de mi mano.
—Mierda. —me levanté y abrí el grifo para colocar mi mano debajo del agua. Solté un gemido de dolor por la herida abierta.
—No hagas eso, espera. —Pedri cerró el grifo, agarró papel de cocina y una botella de vodka que había sobre la mesa.
—¿Esto no me dejara cicatriz verdad? —musité algo preocupada.
—¿Tengo cara de doctor, niña? —Estuve a punto de mandarlo a la mierda cuando un chorro de alcohol golpeó mi pobre piel abierta y tuve que soltar unos quejidos de dolor.
—Tienes cara de humorista, es una lástima que tu sentido del humor esté roto. —dije en respuesta a su ironía una vez pude hablar, su mano todavía estaba encima de la mía, presionando para parar la hemorragia.
—Mira quién fue hablar de sentido del humor. —arqueó una ceja divertido, y yo lo miré seria.
—Pues a mis amigos les hace gracia mis bromas.
Estábamos tan cerca que podía ver lo largas que eran sus pestañas, bajé la mirada a sus antebrazos y pude ver algunas venas bastante marcadas.
Por dentro estaba chillando.
—Tus amigos son idiotas. —sí lo eran, pero él no los conocía.
—Tú si que eres idiota. —dije todavía con la mirada agachada.
—¿Y eso por qué?
—Por qué yo se que algún día me verás como yo te veo —susurré, levanté la mirada hacía sus ojos castaños —y seguramente será tarde.
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crush 𝘗𝘦𝘥𝘳𝘪 𝘎𝘰𝘯𝘻𝘢𝘭𝘦𝘻
Fanfic♡ Chloé lleva enamorada de Pedri desde que lo conoció, pero él la evita constantemente por ser menor y ser la sobrina de su entrenador. back when we were still changin' for the better, wanting was enough for me, it was enough to live for the hope of...