Capítulo 3: Una Noche De Placer

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🔥🌶️🌶️🔥

*Omnisciente*


Había estado trabajando sin descanso, su amiga Beatrix intentaba convencerla de salir esa noche a uno de los antros más populares de la ciudad, sin embargo, se negaba hacerlo no creía que fuera buena idea.

-Vamos, Berit. Llevamos semanas trabajando sin ningún tipo de diversión.

Se queja la chica caminando aún lado de ella.

-¿Cómo se supone que entremos a ese lugar tan caro? Si por no lo has notado, allí se paga hasta por respirar.

Réplica ella dedicándole una mirada llena de sarcasmo.

-Puede que tenga dos entradas VIP... -sonríe pícara su amiga, sacando de su pequeño bolso dos entradas color negro. Se las muestra agitándolas con pillería.

-Oh Dios. ¿Cómo las conseguiste?
Chilla al verlas.

-Conocí a una persona en el hotel que trabaja allí...

-Ese conocí ya me lo sé de memoria, una follada que terminó gustándole tanto a él, que terminó caído a tus pies.

Objeta con diversión. Y es que su amiga, no pierde el tiempo toma lo que la vida le da. Sólo que no se deja engañar con facilidad, y los hombres que la buscan no son más que unos idiotas.

-No podía negarme a ese regalo, además el tipo estaba tan bueno como una fresa cubierta de chocolate.
Ambas se ríen unísono ante esas palabras, caminando más deprisa al departamento donde viven juntas.

-Vale, pero deberás prestarme alguno de tus vestidos, no tengo ninguno para la ocasión.

-Tú no te preocupes que yo te regalo hasta las bragas negras de encaje nuevas que tengo guardas, con tal de que vayas. -chilla feliz abrazándola.
-Vale, vale, ya lo dijiste me las regalas, quizás tenga suerte y encuentre a alguien para un polvo, eso de usar vibrador ya no es suficiente.

-Ja-ja-ja-ja-ja. Hoy tendremos suerte ambas, Berit.

Y no estaban equivocadas...

*****

Ingresaron al club después de hacer una pequeña cola para mostrar sus entradas. El lugar era absolutamente increíble, caminaron dentro del club sintiendo los ritmos vibraban bajo sus pies como si el piso hubiera cobrado vida. El club estaba lleno de cuerpos sudorosos. Luces de todos colores destellan por todas partes al ritmo de la música, al mirar hacia el bar quedaron enamorada, lo más increíble que ambas hayan visto sin mencionar los barnes, meseros y meseras. Una pista de baile que con la música que se escucha sólo les enviaba pequeñas descarga al cuerpo tentandolas a bailar y disfrutar de la noche.

Ambas tomaron asiento en una de las mesas de la zona VIP, lo cual les daba el lujo de pedir lo que quisieran sin pagar nada, y así lo hicieron sin contemplación alguna. Comenzaron con unos cócteles que les supo a gloria, no tardaron mucho en dirigirse a la pista en busca de librarse de sus problemas en un baile latino que les recuerda de donde son sus raíces... Sus ojos cerrados a medida que se dejan llevar y perder completamente el sentido de todo lo que les rodeaba. Permitieron que la música reclamara sus cuerpos y comenzando a retorcerse al compás.

-Qué terca soy, definitivamente esto me hacía falta. -grita Berit, para luego reír salvajemente, echando su cabeza hacia atrás. Comenzó a mover sus caderas y su trasero, sacudiendo y girando su cuerpo al ritmo de la música.

La noche iba mejorando con cada minuto. Berit no podía evitar sonreír pasando las manos por su cabello de lo bien que se la estaba pasando, unos pocos hombres comenzaron a bailar alrededor de ambas, sin embargo ese momento era solo de ellas. Berit gira sus mis caderas, empujando su trasero, levantando sus manos al aire.

La Falsa Prometida Del CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora