11. Emociones

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Había una sola cosa en la que Katsuki pensaba cada vez que Shouto se cruzaba en su camino y esa era en el potencial desperdiciado que había en él, desde el primer momento en que lo vio usar su quirk supo que aquel bicolor sería un buen oponente al que enfrentarse y ver el cómo se negaba a luchar con todo su poder le frustraba en demasía. Su sangre hervía de la furia y siempre terminaba metiéndose con él con el único fin de hacerlo enfurecer y que lo ataque con todo, pero lo único que recibía era una expresión neutral y un rotundo silencio.

Algo que detestaba de su persona era lo neutro que lucía aquel rostro que la mayor parte del tiempo estaba sin expresión alguna, le ponía los pelos de punta y le hacía querer provocarlo para al menos ver su ceño fruncirse en son de molestia, pero por más que insistía no lograba su cometido.

Y se cansó.

Decidió pasar totalmente de él, fingir que no existía y centrarse en su entrenamiento, pero por un motivo u otro su mirada carmesí terminaba yendo a parar sobre el bicolor. Ya no le insistía en pelear ni tampoco le molestaba para causar una nueva expresión en su rostro, pero por algún motivo que se negaba a entender deseaba tener la atención del bicolor sobre su persona, deseaba que aquella mirada heterocromática que lucía perdida la mayor parte del tiempo se posara sobre él y que la opacidad en sus ojos fuera remplazada por luz.

Y no lo entendía.

No entendía en qué momento o porqué razón sus pensamientos sobre Shouto comenzaron a cambiar, tal vez fueron sus patéticos intentos por acercarse a él y hablar normalmente, tal vez fue la tristeza que lograba percibir en su mirada o aquella leve sonrisa en su rostro cuando creyó que nadie le observaba.

Sonrisa que le provocó un sinfín de emociones que no sabía describir y un revoltijo en su estómago que se negaba a aceptar y en aquel preciso momento deseó verle sonreír una vez más.

Pero todos aquellos sentimientos que comenzaban a crecer en su interior fueron totalmente olvidados tras su secuestro por los villanos, lo único que tenía en su mente era lo débil que seguía siendo a pesar de su esfuerzo por mejorar  y en la culpabilidad que sentía por la caída de su más grande ídolo. Se sentía frustrado, perdido, aterrado y muchos otros sentimientos más que no le dejaban dormir en paz por culpa de las múltiples pesadillas que lo atormentaban por las noches y lo único que lo ayudó a liberar parte de su estrés emocional fue la pelea con el peliverde.

Pelea que le ayudó tanto física como emocionalmente y una vez más volvió a mostrarse como aquel Bakugou Katsuki que no le temía a nada ni a nadie.

Se dedicó completamente a su entrenamiento y mejoría de quirk hasta el punto de olvidar completamente las sensaciones que le provocaba el bicolor, en su mente sólo estaban sus metas y en ser el mejor de su generación.

Y no fue hasta que reprobó el examen de la licencia provisional que todo volvió a su mente una vez más.

Shouto se mostraba más insistente de lo normal por acercarse a él y buscar un tema de conversación y por más que le ignorase o gritase en el rostro para que se aleje de él, el bicolor hacía de oídos sordos y continuaba insistiendo.

– ¡¿Qué diablos quieres?!

– Hablar contigo. – su ceja tembló ante la naturalidad con la que le respondió.

– Pues yo no quiero hablar contigo. – siguió con su camino de regreso a los dormitorios tras estar todo el día junto al bicolor en las clases de recuperación y aquella escena se volvió a repetir al día siguiente y a los que le seguían, cumpliéndose una semana en donde Shouto intentaba acercarse al cenizo sin éxito alguno.

One Shots | TodobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora