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Siento las faltas de ortografía de este y de los capítulos anteriores. Aún tengo que revisarlos para corregir lo mal escrito.

Disfruten del capítulo.


♢♢♢♢♢

Rafael:

Ya son más de las once. Aún estamos en la oficina del gerente hablando con nuestros futuros socios.

Ya van tres intentos de llegar a un acuerdo en el que ganemos tanto ellos como nosotros pero este hombre es muy difícil de persuadir.

— Un 50/50. — dice Juan con evidente molestia por el tiempo que llevamos en esto. — Es mi última oferta,
Zaik. — advierte.

El turco mira a su socio para después mirarnos a nosotros...

— Bien, acepto. Pero tendrán que terminar los hoteles antes de noviembre del próximo año...

— ¿Qué?Pero... —  Interrumpo a mi amigo antes de que diga algo que nos cueste la cabeza:

— Aceptamos Zaik. En diciembre del próximo año tendrás miles de dólares en tus bolsillos.

— Eso espero, señor De Luca. — dice esta vez Vitirrini con un marcado acento italiano. — Ni a nosotros ni a ustedes les convendría tenernos como enemigos si rompen con el contrato y sus cláusulas.

— Pietro, tranquilo. Rafael y yo somos hombres de palabra. — habla
Juan. — Nunca jugamos y mucho menos cuando nuestro dinero está de por medio — se levanta y le extiende una pluma
a Zaik. — ¿Firmamos?.

Zaik toma el bolígrafo y firma las escritutas del contrato. Prieto hace lo mismo y después firmamos Juan y yo.

Juan les extiende su copia del contrato y guarda la nuestra. Se levantan y estrechamos nuestras manos como firma física de lo pactado en la reunión.

— Nos disculparan. — habla el turco. — ... pero ya que todo está acordado y cada cual tiene su copia del contrato nosotros nos retiramos. Deseamos disfrutar de nuestras preciosas damas de compañía en este maravilloso club.

— Pues, disfruten señores. — Juan los acompaña y yo me quedo en la oficina.

Madre mía.

Vaya turcos.

Me siento en la silla que hay frente al escritorio. Recuesto mi cabeza en el espaldar de ésta y cierro los ojos. Me dejó con dolor de cabeza negociar con esos tipos.

Sabía que era difícil negociar con turcos pero al nivel Zaik Marinak y Prieto Vitirrini nunca lo imaginé.

— Juro por mis hijos que ha sido el maledetto contratto más difícil de firmar en mi millonaria vida. — habla Juan cuando entra a la oficina con evidente enojo.

— ¿Donde están? — indago calmado. Me duele demaciado la cabeza como para enojarme también .

— Los dejé en la otra parte del VIP. - me dice sentándose en el sofá que hay en una esquina.Saca su móvil. — Llamaré a Diana para que preparen una función de baile de las que suelen dar.

— Vale.

— Preciosa. — habla por teléfono. — Necesito que den una pequeña función para mis invitados. — hace silencio. - Me importa una mierda... — se altera. — Tú puedes darla acompañada de María, me da igual, pero tienen que bailar... — habla más calmado. — Vale... Tienen media hora para que todo esté listo. — cuelga.

Bailemos(En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora