Bailemos(En Proceso)

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Kayla:

Me encuentro sentada frente al tocador del vestuario del club.
Mi cuerpo es tapado por una simple bata de satín negro con diseños en rojo para no estropear mi vestuario antes de la función.

Cuando llegué al club — hace media hora — aún las demás chicas no habían llegado. Solamente estaba Alex y su hermana preparando los tragos para esta noche. Michel había salido y Diana estaba por llegar. Así que decidí venir a prepararme antes de que llegarán las demás para adelantar.

Aún no se que canción bailaremos pero como siempre hay una rutina lista supongo que haremos esa.

Termino de maquillarme y comienzo a acomodar mi pelo. Después me visto con lo que eligió Aria para mi baile.
Ahora que me veo frente al espejo puedo asegurar que mi amiga tiene un talento innato para la moda. Cojo mis tacones y los coloco en mis pies y regreso frente al espejo para contemplar mi oufit completo.

— Si los viejos para los que bailaré esta noche... — me giro levemente para ver mi lindo
trasero —... no se les pone dura solo de verme, le recomendaré tomar una pastillita verde. — comento satisfecha con mi presencia.

Salgo de los vestuarios cubriendo la desnudez de ciertas zonas de mi cuerpo nuevamente con la bata de hace un rato.

Me dirijo a la barra para tomar un trago para hacer tiempo. Alex me sirve un tequila junto a limón y sal.

— Gracias. — agradezco a mi compañero antes de tomarme el shot. Hago una mueca cuando chupo el limón y el chico que tengo al frente ríe. — ¿No sabes a qué hora llegarán las demás?

— No tengo idea. — responde el peliblanco. — Pero pensé que solo bailarias tú y uno de los chicos.

— Bueno, supuse que seríamos solo chicas.

— No sé. Espera a que llegue Diana o Víctor.

— ¿Cómo han estado las aguas en estos días?

— Si te refieres como se puso el club después del pequeño percance que tuviste en el VIP... — asiento. — No pasó nada más después de que Diana habló con los jefes. — sonrío levemente con su respuesta.

— Vale, mejor así. Voy a llamar a Diana para que me explique qué tendré que hacer.

Me levanto y retomo el camino a los vestuarios.

— Kayla... — me llama Alex. Lo miro. Él me ve de arriba abajo. Veo como se mueve su manzana de Adán al tragar antes de volver a posar sus ojos en mi rostro y hablar. — ...Si para los que bailaras esta noche, no se les cae la baba solo de verte, no saben apreciar la belleza de una mujer. Estas muy sexy.

Siento como se encienden mis mejillas. Que Alex me coquetee no es algo nuevo para mi pero si me tomó por sorpresa su comentario.

Cuando comencé a trabajar aquí, hace ya un año, él fue uno de los primeros en acercarse a mí. Al principio se comportaba como un compañero normal pero con el tiempo se convirtió en mi amigo y después llegamos a hacer amigos con derecho a roce. Estuvimos así alrededor de dos meses que pasé de maravilla junto a él, pero nada es para siempre. Un día llegó y me dijo que no quería seguir conmigo de esa forma, que era mejor seguir como en un principio, solamente compañeros de trabajo y nada más. Al principio no lo tomé bien y debo aceptar que me dolió. Las primeras veces se me hacía difícil venir a trabajar cuando nuestros turnos coincidían pero lo superé. Superé el hecho que no quisiese tener nada más que ver conmigo. Pero ahora, con su comentario es inevitable sentir cosquillas en mi estómago.