50. Sam

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Hace días tome la decisión de irme una vez más, sabía que lo necesitaba al final de todo estar con ella siempre me hace bien.

La escuela no me interesaba en este momento, aunque le debo muchas a Paula por haberme ayudado en los proyectos, como ya los entrego sé que a los maestros no les importara si falto un par de días, al final de todo ya estamos por terminar el semestre.

¿Fue una mala idea venir en moto? Sí, pero era el único vehículo manejable que tenía, el auto no era mío y sé que Emma lo ocupa para ir a la escuela. La noche estaba demasiado fresca, afortunadamente no había ni un solo vehículo en la carretera, pero si no quería accidentes no tenía por qué adelantar el paso, sabia en donde se encontraba, diciembre ya había entrado y ella siempre va a esa casa cuando diciembre llega.

Acelere más el paso cuando vi que estaba comenzando a nevar, afortunadamente ya había llegado, las luces estaban encendidas, baje de la motocicleta y toque el timbre esperándola con los brazos abiertos.

-Sami – la abrace

-Abuela

- ¿Qué te trae por aquí cariño? – me tomo de los brazos – estas fría

-Sí, es que vine en moto – sonreí

-Ay, Sam – negó – pasa, deja tu moto en la cochera si no quieres que se cubra de nieve

Entre junto con ella, el clima cálido de la casa me abrazo, deje mi maleta en el sillón junto con mi casco, regrese hacia afuera, me subí a mi moto y espere que la puerta del garaje se abriera, la coloque al lado de la camioneta de mi abuela, regrese a la casa, pero por la puerta de la cocina.

-Toma, para que entres en calor – tome la taza de chocolate caliente

-Gracias abuela – caminamos hacia la sala

- ¿Volviste a escapar? – pregunto sentándose en frente mío

-No escape de nadie esta vez – murmure tomando chocolate

- ¿Entonces?

-Necesito despejar mi mente de algunas cosas – tome una galleta de la mesa – venir aquí tal vez aclare mis ideas

-Estas huyendo del mayor enemigo Sam – fruncí mi ceño – tu mente

Como odio cuando siempre tiene sus palabras sabias que aciertan.

- ¿Me vas a contar que sucede? – suspire

-El karma me llego abuela – no la mire – puedes decirlo, estoy esperando

-No, no lo diré – suspiro – ¿Qué pasa con aquella chica? – sonríe

-Todo, es... no sé cómo explicarlo – mire mi taza – diferente a todas

-Nadie es igual a nadie Sam, todos tenemos una esencia única – asentí – sí que te ha de traer loca aquella chica, no te he visto así nunca – murmuro

-Charlotte es... la perfecta chica de la cual no creí enamorarme nunca

- ¿Y qué pasa con ella?

-Acaba de salir de una relación, me pidió espacio para aclarar sus ideas y se lo di, pero una cosa paso y pues... después de eso no he sabido de ella, o bueno ella no quiere verme – hice un ademan con mi mano – estoy no sé..., es estúpido

-Lo sentimientos nunca son estúpidos Sam, no hagas menos tus problemas – suspiro – ella está igual que tu Sam, ponte en los zapatos de la otra persona, tiene que pensar todo, tratar de arreglar su corazón para poder dártelo. Para poder amar a una persona, primero tienes que amarte tú, no puedes dar algo que no te tienes.

Las Chicas De La BandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora