El día pasó sin pena ni gloria. Kageyama se encontraba en modo automático, aún procesando lo que había sucedido el día anterior. Uniendo pequeñas piezas de información lentamente, comprendiendo el comportamiento de su compañero ante ciertas situaciones, como era su particular nerviosismo al entrar a baños de hombres a los que no estaba habituado, lo poco que socializaba en el cuarto del club que usaban como camerino y más detalles que ahora le hacían sentido.
Se había quedado practicando saques con salto después de la práctica de la tarde, ido en sus pensamientos. Se sentía bastante relajado, con un peso menos. Tanto por haberse enterado de una cosa que el pelirrojo mantenía bien guardado, como por él mismo haberle contado una cosa que pocas personas sabían. Le gustaba sentir que tenía esa cantidad de confianza con alguien. Una especie de incondicionalidad.
Mientras caminaba hacia el paradero del bus, sacó su celular.
Sigues vivo?
Para tu pesar, sí.
Kageyama rodó los ojos, Hinata era demasiado dramático.Espero que mañana estés lo suficientemente bien para jugar. No te colocaré ningún balón si sigues mal.
:((
Meanie-yama
Todo lo contrario. Estoy siendo un buen compañero. Tu salud va primero
Frunció el ceño.
Imbécil
Sí, así estaba mejor.
????
Aprendí mi lección el año pasado
Hoy solo he dormido y comido.
Mañana estaré como nuevo, ya verás.Más te vale. Hoy la práctica estuvo particularmente aburrida
Awwwww, Kageyama Tobio me extrañó. Que honor
Hizo falta tu ridiculez
No tienes para qué esconder que extrañas colocarme el balón, Kageyama-kun
Como digas
Nos vemos mañana, Softie-yama~~~
.l.
Edgy
...
El pelinegro llegó particularmente temprano la mañana siguiente. Sonrió al ver que no fue el único. Una maraña de pelos cobrizos lo esperaba en el mismo sitio de siempre, al lado de su bici ya encadenada. Apenas sus miradas se conectaron, comenzaron a correr con todas sus fuerzas hacia el gimnasio.
Kageyama le gritó que estaba haciendo trampa, a lo que el otro simplemente rio. Tocaron la puerta del gimnasio al mismo tiempo.
Se miraron sonriendo, respirando agitados.
"Gané" dijo Hinata, como era de esperarse.
"Mentiroso" gruñó el más alto mientras introducía la llave, entrando, con el más bajo siguiéndolo al cuarto del club para cambiarse. "Habría ganado si no fuese porque empezaste antes que yo. Puedo ceder lo suficiente como para decir que fue un empate".