La Niña Traviesa de Peter Pan

Capítulo 3

—En este lugar no hay nada que te pertenezca —mire a Garfio, quien se alistaba para sacar su espada.

Los mire a cada uno nuevamente, en verdad que detestaba a este grupo de incompetentes, pero esa mujer en especial era la que más odiaba, porque fue ella quien me quito lo único importante que tenía, y planeaba recuperarlo y hacerle pagar todo el tiempo que nos separó.

—¿Mama? — una voz suave se dejó escuchar a mis espaldas, miré el rostro preocupado de todos y me decidí a mirar.

Cuando mis ojos conectaron con esos ojos azules, supe que era ella no podía equivocarme ya no era esa niña que amaba esconderse de mi entre los árboles y hacerle travesuras a Félix, ahora era una chica hermosa, estos doce años sin duda la habían favorecido en belleza.

— ________, sal de aquí —mire a Henry con una ceja alzada, —Aléjate lo más que puedas de ese monstruo —sonreí por el cometario y mire nuevamente a la chica que no sabía a donde mirar.

— Veo que ya no eres un llorón ¿verdad Henry? —pregunte con burla, sin apartar mis ojos de ella.

— ¿Quién eres? —pregunto esperando mi respuesta, miré con odio a Regina y pude ver que en ese momento todos se dieron cuanta de que yo sabía lo que le hicieron hace años.

—Perdona mis modales — sonreí camine en su dirección — Soy Peter, Peter Pan —tome su mano y deje un beso en ella como cuando era niña.

—¡Aléjate de ella Pan! — la voz de mi querido hijo resonó por todo el lugar, lo mire con burla y con un movimiento de mi magia los inmovilice a todos.

—Se bueno y mantente en silencio — disfruté tanto ver su cara molesta, en verdad que me estaba divirtiendo, volvi la mirada a la azulada de ella y la vi dudar en si irse o ayudar a quien creía eran su familia.

—No te preocupes por ellos —llame su atención y con otro movimiento de mi mano ella cayo dormida en mis brazos.

Cuando la acomode de modo que estuviera cómoda, mire de nuevo esos idiotas y sonreí con burla cuando Regina trato de romper mi hechizo con su magia.

—¡Suelta a mi hija! —mire con odio a Wendy y sin dudarlo me acerque allá aun con _______ en mis brazos.

— ¿Tu hija?, sus padres murieron hace años —clave mis ojos en los de ella y pude ver el miedo que aún me tenía, — Tu única tarea era cuidarla, pero no, quisiste hacer una buena obra sacándola de la isla —escupí con odio sin despegar mis ojos de ella, — Pero lo que tu estúpida cabeza no entendía era que ella era jodidamente feliz hay —mi molestia era clara ya que sentía mi cuerpo temblar.

— Era una niña, no sabía con qué clase de demonio estaba — mire a la estúpida rubia que parecía decidida a liberarse.

—Ella era feliz y ustedes se lo arrebataron cuando la subieron a ese maldito barco — el rencor y odio guardado por años estaba saliendo pero debía de controlarme o podría herirla, — Pero eso no se repetirá, jure que ella volvería a Nunca Jamás y esta vez ninguno de ustedes grupo de idiotas la volverá a sacar de la isla —dijo llamando a mi Sombra que no tardó en aparecer, sonreí con malicia y mire a Wendy que tembló de miedo al verla, —Y tu pagaras el haberla sacado de Nunca jamás….Sombra te mostrara la nueva ubicación de tu jaula — sonreí.

Ella grito y trato de liberarse de la Sombra, pero nada podría hacer, ambos desaparecieron del lugar y supe que habían entrado a la isla, cuando lo sentí en mi cuerpo.

— Nos vamos Félix — deje cuando el llego a mi lado, sabía que ellos irían a buscarla, pero para entonces solo tendría que tomar el corazón de Henry y sacarlos a ellos de nuestras vidas.

—¡Pan, devuelve a Wendy y deja ________ ¡— sonreí con burla y suficiencia en dirección a Rumpel, y los tres desaparecimos en la nube verde que caracterizaba mi magia.

En cuanto tocamos la isla, envié a Félix al campamento para asegurarse que los niños no lo destrozaron en nuestra ausencia cuando se perdió entre los arboles nuevamente con mi magia llegue a mi caballa, abrí la puerta que daba a su cuarto y la deje en su cama con cuidado de no despertarla.

Ella se removió en cuanto toco la cama hasta que encontró una posición cómoda, me senté a su lado y moví los mechones de pelo que cayeron en su frente, sabía que cuando la volviera a ver ya no será una niña de cinco años, pero en el fondo esperaba que los años no le hubieran quitado su esencia de niña perdida que siempre mostro.

—Ya estás en casa — dije tapándola con la sabana, — Y esta vez nadie volverá a sepárate de mí — deje un beso en su frente y dejando una nube verde detrás llegue hasta el lugar de las sombras.

Y no tarde en escuchar los gritos de Wendy entre los lamentos de las sombras, al no tener sombra entre sin problemas hasta la jaula donde ella se encontraba, había ordenado que no le quitaran su sombra quería que me rogara por su vida.

Cuando llegué frente a ella, vi con gusto la desesperación en sus ojos que trataban de detener las lágrimas mientras se cubría con sus manos buscando bloquear los gritos a su alrededor.

—¿Estas cómodas en tu nueva habitación? — sonreí con burla cuando trato de pegarse contra los barrotes a su espalda, —No puedes quejarte, tienes nuevos amigos también — en verdad estaba disfrutando esto.

—Sácame…de aquí…por favor — mi sonrisa no pudo día ser más grande, — ________... ¿dónde está? — sus ojos miraban alrededor con rapidez.

—No te molestes — llame su atención con seriedad, — Ella esta cómodamente en su habitación —informe viéndola suspirar con alivio, — ¿Creíste que la metería en una jaula? – mi seriedad en verdad que podría matarla si no fuera porque quería que sufriera.

—Por favor…déjala ir… — sus ojos se clavaron en los míos —Yo me quedare, pero déjala volver — su voz enserio me molestaba.