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– Tan aburrido.
Miró el techo de su habitación de nuevo tirado en el suelo sin nada que hacer. Kanji había salido hace y un rato porque estaba con Shigeru, Kenma y Akaashi, Tooru le había dicho que podía pasar el rato con él pero al final le canceló porque le iba a enseñar a Tobio a jugar damas, el resto del grupo estaba en lo suyo, jugando y pasando el tiempo entre ellos, con sus parejas.
Suspiró entonces dando la vuelta y espalda a los barrotes de su celda, tomó su celular y lo encendió a ver si tenía algún mensaje de sus chicos, al final se encontró con los mensajes de varios alfas que todavía no sabe cómo consiguieron su número pero insistían en escribirle cuando claramente este nunca les había respondido ni un mensaje.
– ¿Quizás yo también necesito un novio?
– ¿Para qué necesitas un novio?
Ante la voz se levantó y se encontró con Semi del otro lado de la puerta, mirándole extrañado.
– ¿Qué haces en el suelo?
– No lo sé —Respondió con simpleza— ¿Y tú qué haces por aquí?
– Vine a buscar a Aone, hay reunión de guardias de celda.
– Oh, ya veo.
– ¿Tú qué haces aquí? Se supone que no debe haber nadie en las celdas.
– Aone no ha venido en todo el día —Respondió extrañado— ¿Por qué no debo estar aquí?
– Por lo que dije, hay reunión de guardias de celda, no habrá quien te supervise, todos están en el patio.
– ¿En serio? —Abrió los ojos sorprendido.
– Ven, te llevo.
Entonces la puerta se abrió, luego de que Eita marcara la clave de esta, hace ya un tiempo que cada guardia de las celdas del grupo le habían dado las claves, permitiéndole entrar y salir a cualquiera de las cuatro, aunque él solo iba en caso de que se fueran a reunir o tuviera que buscar a alguno.
Koushi salió entonces y lo siguió una vez la puerta fue cerrada, a su lado el peligris habló.
– ¿Para qué quieres un novio?
El omega entonces recordó lo de hace rato y bufó.
– Todos estaban con sus parejas y me dejaron a mí solo.
El beta escuchó eso y asintió, había visto por los mensajes del grupo que indicaban dónde iban a estar cada uno, en caso de que otro necesitara algo de ellos, y efectivamente, estaban en las celdas de otros y esos otros eran sus parejas.
– ¿Y crees que por tener pareja no te van a dejar solo?
– No es eso, pero si tengo una pareja también puedo pasar tiempo con ella cuando me dejen solo.
