05

1K 88 1
                                    

[Vela]

Caminaba con mi amigo al lado y con dos maletas de rueditas arrastradas por el piso, hace apenas una hora habíamos llegado a Barcelona y como teníamos hambre nos detuvimos a comer algo.

---Es horrible aquí ---se quejo el rubio frunciendo la nariz, yo sonreí ante su acción y camine más rápido.

Estábamos atravesando una larga calle solitaria, tenía miedo por lo que apure a Martín con mis manos. Teníamos que llegar rápido al lugar en el que nos debíamos quedar, eran las siete de la noche y ninguno conocía la ciudad.

Me detuve en seco al ver lo que teníamos al frente, Martín detuvo su andar y soltó de golpe sus malestas procando un estruendo.

Un bulto gigante y delgado estaba al final de la calle, nos miraba fijamente y empezaba a acercarse a nosotros.

En nuestro momento de desesperación hicimos lo que cualquier persona en pánico haría, tomar sus cosas y salir corriendo.

Los dos corríamos despavoridamente por el estrecho camino que minutos antes habíamos pasado, la cosa humanoide seguía en su lugar y eso lo supe debido a que me giré para ver si nos seguía.

---Sube rápido ---dijo Martín ayudándome a subir las cosas al taxi que había parado, al estar dentro arrancó.

En ese momento me cuestioné el porque no habíamos parado un taxi desde que salimos del aeropuerto.

Ambos estábamos sudando y alterados, el taxista noto eso ya que nos daba curiosas miradas por el espejo.

Martín pago antes de bajar, el lugar estaba muy cerca pero nosotros por estar de turistas nos habíamos acabado por perder.

---Es bonito ---dije mirando las muchas casitas que teníamos al frente. Todas eran iguales, pequeñas pero bonitas, entonces me di cuenta del mucho personal que el club debía tener.

---Es mejor entrar rápido ---mi amigo miró a mi costado, seguro seguía traumado por lo que habíamos acabado de ver.

Un hombre se acercó a nosotros para indicarnos donde nos quedaríamos, Martín se fue por su lado y yo por el mio.

Compartiría casa con tres chicas más, al llegar ellas me saludaron con amabilidad diciéndome donde sería mi habitación. La verdad es que apesar de ellas haber sido muy amables conmigo no tenía intenciones de formar amistades, no quería fiarme de nadie.

Acomodé mis cosas en el clóset, no eran tantas ya que fue un viaje rápido. Antes de venir había estado platicando con Nicola, el se había tomado las cosas a bien pero me había dicho que vendría a visitarme cada vez que pudiera.

Nuestra relación estaba bien según el, eso era bueno para mí ya que podía seguir con mi objetivo.

Mi celular sonó indicando que alguien me había enviado un mensaje, lo busque entre mis cosas para responderlo.

"Supe ya ya llegaste, no sabes las
ansías que tengo de verte mañana"

Al parecer Pablo ya sabía que estaba en Barcelona, suspiré y le respondí para después apagar el móvil y tumbarme en la cama. Mañana sería un día pesado, empezábamos a las cinco de la mañana.

La cama estaba suavecita por lo que me quede pronto dormida, al día siguiente la alarma me despertó, todas las alarmas estaban programadas a la misma hora así que no fui la única.

Eran las cuatro de la mañana, teníamos tiempo de desayunar algo aquí y de podernos duchar. Me di una ducha corta y me ate el cabello en una coleta dejándome dos mechones sueltos, el uniforme era bastante bonito; unos pantalones negros, una camisa de cuello y mangas cortas con el logo del equipo y un delantal negro a mitad del cuerpo.

 LOVERS ―PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora