Cuando el castaño ahogó un gemido y su pecho subió exaltado, abrió los ojos. La habitación permanecía oscura, pero aun así, era posible visualizar todo a su alrededor, y dedujo en su letargo, que podría estar amaneciendo en algunos minutos más.
Volviendo en su cabeza a la razón de su súbito despertar, apartó las sábanas de sí. Podía sentir como un repentino calor lo abrasaba, y el cuerpo cálido a un lado suyo lo hacía sudar. Había estado teniendo un sueño increíblemente caliente con una persona que no pudo recordar por escasos segundos, pero cuando desvió su mirada y la posó en el cuerpo inmóvil de su primo, él
rápidamente tuvo la respuesta.
Y por supuesto, también la reacción.
Bajo su ropa interior estaba imposiblemente enjaulada una portentosa erección, y cuando llevó una mano hacia ella, intentando contenerse, jadeó bajo. Sus ojos escaneando el rostro pacífico de su primo, con su boca semi— abierta y propiciando un suave sonido con su respiración. Él de verdad no planeaba meterse en los pantalones de Xiao Zhan, o al menos, no en la madrugada del primer día que llegó allí; pero su polla parecía contradecirlo increíblemente. Por supuesto, en aquel momento la calentura resultaba ser ganadora.
Consiguió recordar el exquisito sueño. Su primo abierto de piernas y él en medio de éstas, penetrándolo tan profundo que podía sentir realmente aquella divina opresión que ejercían las paredes del azabache sobre su duro miembro. Y sin poder seguir evitándolo, deslizó la ropa interior hacia un lado, dejando libre su erección y masajeándola con su mano prontamente impaciente.
Hubiera sido buena idea masturbarse en el baño, pero hacerlo a un lado del causante de aquello, le resultaba tan prohibidamente excitante, que cuando acarició el glande con su pulgar, no evitó el gemido que escapó de su garganta. Sus ojos cafés posados en el cuerpo de Xiao Zhan, quien ignorante del momento,
permanecía por completo dormido. Y aquello, sin duda, era un punto más elevado para la lujuria que dominaba el cuerpo de Wang.
Él, en sus años alejados, jamás pensó que terminaría queriéndose follar a su primo. Tampoco lo pensó el día anterior, cuando se preguntó si aquel precioso pelinegro aún vivía en aquella casa. Pero ahora que estaba allí, pajeándose fuerte ante el húmedo sueño que había invadido su mente por un excitante momento; podía sentirse libre de mandar todo a la mismísima mierda.
Moviendo su mano con frenesí, mordió su labio, frunciendo el ceño a la vez que estiraba sus piernas. No recordó una vez
que hubiera estado tan duro como en aquel momento, y se sintió orgulloso de aquello. De igual manera, se encontraba tan completamente ensimismado en su placer, que no reflexionó claramente en los riesgos que la idea en su mente pudiera atraer. Y pensándoselo mejor, tampoco le importaban.
Dejando su pene por un segundo, él apartó las sábanas del cuerpo contrario sin mucho cuidado, y dándose cuenta de que al parecer, Xiao Zhan tenía un sueño bastante pesado, jadeó. Detalló con minuciosidad el delgado cuerpo expuesto; su piel blanquecina y los apenas marcados músculos en su abdomen. Deleitándose íntegramente por aquella jodida y maravillosa obra del Diablo, porque definitivamente, Xiao Zhan no podría ser
creación de Dios.
Relamiendo sus labios, y cogiendo una vez más su erección, le dio una leve sacudida, para luego acercar su mano a la ropa interior contraria, buscando manosear el cuerpo del pelinegro y si era posible, un poco más. Sin siquiera importarle que él pudiera despertar en cualquier momento, y cegado por la calentura, se arrodilló frente a él, cogiendo con sus manos el elástico del bóxer, para seguidamente deslizarlo hacia abajo con delicadeza.
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𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒕𝒆𝒍𝒍 𝒐𝒖𝒓 𝑴𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓𝒔 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]
FanfictionSinopsis: Una inesperada separación de niños. Un inesperado reencuentro de adultos. Donde Xiao Zhan siente una atracción indebida por su primo y Yibo no cohíbe su deseo. . NO PERMITO COPIAS, ADAPTACIONES, DERIVADOS, PDFS DE NINGUNA DE MIS OBRAS. EVI...