La mañana había caído fría y lluviosa; acurrucados bajo las cálidas mantas, Xiao Zhan se aferró al pecho desnudo del castaño, sintiendo como éste pasaba su mano por la espalda contraria y percibía el ligero tembleque que azotaba el cuerpo del pelinegro. Xiao cerró sus ojos con fuerza, una casi dolorosa, y soltando un suspiro, comenzó a castañetear los dientes.
Por algún motivo que conocía muy bien, aquel día sería el peor de todos. Y cuando sus sentidos despertaron completamente, sintió inmensas ganas de echarse a llorar. Apretujándose con fuerza al cuerpo del ojicafé, Xiao Zhan escondió el rostro en su
pecho, y jadeando con desconsuelo, él negó con la cabeza.
Ese día, era el último.
— No quiero que te vayas — apenas murmuró, sintiendo como su pecho se desgarraba de una cruel manera. Wang Yibo acariciando de arriba hacia abajo la piel del azabache, intentando reconfortarlo de alguna forma, pero aunque él lo negaba, también se sentía afectado. Demasiado— . Es muy pronto..., no.
— Aún me quedan unas cuantas horas a tu lado, bomboncito. — Intentó aligerar el ambiente. Ambos sabían que a partir de aquel momento, las cosas se volverían
mucho más complicadas. Aun así, ninguno se negaba a continuar con lo que, desde luego, ellos tenían— . Podemos hacer muchas cosas en este tiempo, ¿no crees? Si nos pasamos la mañana entera llorando, luego lo lamentaremos.
Xiao Zhan sorbió por su nariz acuosa. Se sentía patético, realmente. Wang Yibo estaría lejos, claro, pero no a una distancia imposible de llegar. De igual manera, el que Wang se retirase de su casa después de aquellos incontables y preciosos días que habían pasado juntos, le causaba una extraña sensación de vacío— . No quiero lamentarlo.
— Y no tendrás que hacerlo — admitió, sintiéndose feliz. O al menos aparentando
serlo, para así mejorar el ánimo de su precioso pelinegro— . ¿Qué tal si nos levantamos y disfrutamos del rato que nos queda, Zhan?
— Estaría bien — susurró, un puchero involuntario asomándose en sus labios cuando elevó su rostro, y la sonrisa en el de Wang viéndose claramente preciosa.
— Ese es mi chico — dijo, acariciando la mejilla del pelinegro para luego incorporarse en su posición.
En todos aquellos días, Wang Yibo descubrió que dormir al lado de Xiao Zhan debería ser considerada una maravilla del mundo. El pelinegro era tranquilo, demasiado, y se
acoplaba a la perfección, como si se tratase de un pequeño bebé. Wang Yibo había adorado aquella cohesión maravillosa, y sin duda, había quedado completamente enamorado del gesto.
Como había quedado completamente enamorado del pelinegro.
Después de haberse acomodado lo suficiente como para salir de la habitación, se encaminaron a la cocina. Los padres del pelinegro se hallaban allí; Sean leyendo el periódico mientras que Lyn parecía feliz preparando el desayuno. Xiao Zhan saludó, para segundos después dejarse caer en la mesa, a un lado de su padre; y sonriendo en dirección a Wang, recordó lo que había sucedido en ese mismo lugar,
hace aproximadamente una semana atrás.
En su lugar, Wang Yibo besó la mejilla de su tía con cariño, y olfateando el maravilloso aroma de la comida, decidió elogiarla— . Oye, eso se ve bastante bueno.
— Gracias, corazón — dijo riendo dulzonamente. El pelinegro los observó con nostalgia, divagando una vez más con su cabeza e imaginándose qué pasaría si el secreto saliese a la luz. ¿Seguirían tratándolos de aquella manera? Él realmente lo dudaba— . ¿Cómo te preparas?
ESTÁS LEYENDO
𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒕𝒆𝒍𝒍 𝒐𝒖𝒓 𝑴𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓𝒔 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]
FanfictionSinopsis: Una inesperada separación de niños. Un inesperado reencuentro de adultos. Donde Xiao Zhan siente una atracción indebida por su primo y Yibo no cohíbe su deseo. . NO PERMITO COPIAS, ADAPTACIONES, DERIVADOS, PDFS DE NINGUNA DE MIS OBRAS. EVI...