2. Con ganas de desaparecer

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Después de repasar los hechos, decidí finalmente levantarme, no sabía cómo le explicaría a mis padres mi estado, ni por qué había desaparecído en medio de la noche. 

Al pisar el suelo marmolado, Aáron abrió los ojos de golpe, y me miró.

- ¿Dónde mierda estoy?- parecía no recordar nada de lo sucedido.

- Pues... En la casa de Dylan Brooks. Hubo una fiesta anoche. 

- Cierto, perdón. - dijo mientras nervioso se ponía su camiseta - ¿Sabes por qué estamos en el baño?

- No sé cómo terminamos aquí pero... debo irme - no se iba a acordar una mierda de lo que pasó y seguro creería que lo había violado en el baño o algo.

Convencida de que era una estúpida, salí al patio delantero y entre vasos y platos de plástico encontré mi bicicleta y emprendí mi viaje devuelta a casa. Pero al llegar decidí seguir de largo, y conducí hasta una plaza cercana, a la que mi hermano Peter solía llevarnos a Jane y a mí de pequeñas. 

El lugar estaba desierto. Prendí mi celular y vi que eran las 7:35 de la mañana. También vi unas diez llamadas perdidas de mamá, pero eso no era importante; solo debía encontrar una buena excusa. 

Observé los viejos juegos, oxidados con el tiempo. Ya era de día pero el cielo no se encontraba completamente despejado.

Me senté en una hamaca y vi imagenes de Peter agarrando de la cintura a su ex novia, era la única razón por la cual nos llevaba al parque, para verla. Me acuerdo que me sentía frustrada porque quería que él nos hamacara, pero siempre contestaba que estaba ocupado. 

Era extraño pensar en Peter, ahora que tiene veinitres años ya casi no lo vemos. 

Traté de sacarlo de mi cabeza, he ignorar los fantasmas del pasado.

Pensar que hacía unas horas había besado a Aáron era simplemente insólito. Mi teléfono sonó y la pantalla mostraba un número desconocido. Pensé que serían mis padres y decidí contestar; todo este tiempo había pensando en una mentira bastánte convinsente.

- ¿Nayla?- definitivamente esa voz no pertenecía a mi padre

-¿Quién es?

- Soy Aáron, estoy empezando a recordar lo que paso anoche. Y... quería disculparme. Estaba borracho y me dejé llevar por mis impulsos. - dijo como si hubiese practicado aquel discurso por horas.

- No te disculpes, yo también lo estaba. Fue también mi culpa...- sentí como algo se derrumbaba en mi interior. 

- Ya se que puede que sea incómodo volver a hablarlo, pero creo que debemos hacerlo en algún momento luegode clases. Ademas podrías ayudarme a llenar algunos huecos vacíos.

- Ehhh... Si tu quieres.Nos veremos luego, supongo.- y con esas palabras nos despedimos.

La llamada parecía haber sucedido en otra realidad. Respiré profundo y mientras sacudía la arena de mis jeans noté un intenso olor a colonia, de esas que te recuerdan a tu abuelo. Alcé la vista y vi a lo lejos un hombre, cuya edad era difícil de definir. 

No dudé ni un segundo en subirme nuevamente en mi compañera y pedalear tan rápido como pude. Como el misterioso se había plantado en la entrada, tuve que salir por el otro lado, para luego dar la vuelta. A los pocos minutos llegué a casa.

Luego de guardar la bicicleta en el garage, entré a casa por la puerta de la cocina, que había dejado abierta la noche anterior para no tener que dar explicaciones a mis padres de la inesperada visita de Nicole . Pero en las escaleras me aguardaba Jane, que parecía haberme escuchado entrar.

- Es obvio que te escapaste para ir a la fiesta. ¿Creías que mamá y papá no se enterarían?- me miró desafiante.

- No fue muy así. Al principio fui para ayudar a Nicole, pero pareció que no necesito mi ayuda en absoluto. - me defendí recordando como la había visto agarrada de la mano de mi Dylan, bueno ya no era mio hace mucho tiempo.

- Por qué sera que me cuesta creerte...

- Vamos Jane, es verdad. Además no me vino mal un poco de rebelión. Necesitaba olvidarme de todo durante un rato. Tú sabes a lo que me refiero, tuviste la oportunidad el año pasado. Ademas ya no asístes a la secundaria, sé que al no entrar a una universidad estas tratando de cumplir tus sueños de convertirte en fotógrafa. 

- Lo se, es que últimamente tengo mucho tiempo libre. Sinceramente me sentí como una estúpida cuando descubrí que tu te pudiste escapar y yo me tuve que quedar encerrada viendo el maratón de películas de Disney.- agregó un poco triste - Tienes suerte de que detuve a mamá antes de que llamara a la policía. Le mentí y le conté que me habías dicho que irías a pasar la noche en lo de Nicole.

- ¿Enserio?- ella asintió- ¡Oh, gracias Jane!- viniendo de mi hermana, lo que ella había hecho era bastante.

- La próxima vez me llevas contigo. Además me da miedo de lo que eres capaz- decidí no contarle lo de Aáron.

- Hoy pasó algo muy extraño cuando volvía de la fiesta. Había un hombre que me miraba fijo, se me hacía conocido, pero como estaba sola decidí salir de allí cuanto antes.

- ¿Allí? ¿A dondé fuiste después de la fiesta?- me miró extrañada

- Olvidalo- decidí omitir mi momento privado en aquella plaza.

- ¿Porqué te resultó extraño?

- No lo sé, creo que fue el saco que llevaba puesto. Era color esmeralda, y tuve la sensación de que ya había vivido una situación parecída. Es frecuente que en mis sueños encuentre aquel color en distintos objetos- vi como sus pupílas se dilataron y noté que se veía nerviosa.

- Seguro que no es nada. No pienses más en eso ¿Porqué no vas a descansar un rato? Seguro tuviste una noche agitada.- las palmas de sus manos se tornaron húmedas y pegajosas

- Jane, ¿Te encuentras bien?- parecía como si me ocultara algo.

- Estoy perfectamente, iré a desayunar. Tú descansa, el día siguiente es el peor.

Mi día no podía haberse tornado más extraño. Seguí el consejo de Jane y me acosté. Tuve ganas de desaparecer por un rato, dejar que el día entero pasara y que nadie notara mi ausencia. 

Aunque me emocionaba el hecho de tener que volver a hablar con Aáron, no me gustaba para nada la idea tener que enfrentarme contra Nicole y exigirle una explicación; no solo por la llamada sino también por el episodio con Dylan.

Quería que alguien tomase mi lugar y fingiera ser yo. Alguien que acertara con todas las decisiones que tomara, y que supiera qué responder en cada ocasción. Lamentablemente, aquello hubiera sido imposible, así que opté por la opción más fácil. Entregarme a los brazos de Morfeo.

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Ya sé que esta historia es un poco rara, pero no se preocupen, ya van a ver cómo las cosas van resultando. Prometo que en el próximo capítulo describiré más a los personajes así los van conociendo.

 Quería agradecer a larilee que me ayudó con este cápitulo en cuanto a algunas cosas que se me hacían difíciles de expresar, y me apoyó para que siguiera escribiendo. Ella esta escribiendo una historia en ingles, y es genial . 

Voten y comenten perras (y si hay algun perro).


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