No entendía por qué Chad (si ese era su nombre) me había mentido. Hasta dudaba que hubiese ido al instituto, nunca lo había visto antes. Confundida, bajé para verme con Aáron. No lo encontré al instánte, aunque si me cruzé con Nicole, quien sin problemas bailaba y sociabilizaba entre la multitud.
Cuando encontré a Aáron, él estaba sentado en una ronda con Hannah sobre su regazo. Hay solo cuatro cosas que hay que saber sobre Hannah Abbot: La primera es que es una de las integrantes de las perras. La segunda es que es fácil de llevar a la cama (al menos eso dicen). La tercera es que tiene un humor de perros y se le nota con la pinta de ruda que tiene. La última es que disfruta de una buena venganza, muy estudiada y cruel venganza.
Al verlos así me estremecí. Luego de unos segundos él me vio, y enseguida se levantó. No se había molestado ni en saludar o correr a la perra, quien ahora yacía en una patética posición en el suelo. Solo que claro, su inmenso trasero hizo que no quedara tan en ridículo, ya que parecía estar apunto de explotar en sus pequeños shorts. No traía disfraz, solo una apretada remera de mickey mouse y unas orejas del mismo. ¡Eso no es un disfraz, maldita provocadora! Quise gritarle.
Ella giró la mirada y se vio algo triste, pero fue casi indefectible. Unos microsegundos después, ya se la comenzaba a notar furiosa. No dijo nada, y se sentó junto a Ana.
- Hola, te estuve esperando. ¿Nos vamos?- dijo algo tenso.
Lo miré con cara de pocos amigos y asentí. Al haber visto la vestimenta de la rubia me sentí ridícula con mi pluma y la guardé en mi bolso. Poco tiempo después nos encontrábamos en su auto. Él prendió el aire acondicionado. El reloj cercano al volante marcaba las 2:46. El tiempo había pasado volando. Habíamos llegado a la fiesta poco antes de las 11.
- No sabía que tenías auto.- solté de repente.
- Es de mi padre, me lo ha prestado.- sonrió y noté por primera vez sus hoyuelos- ¿Bonito, verdad?
- Supongo, no se mucho de autos.- no dijimos nada por un rato. Pasaron cinco minutos hasta que finalmente arrancó.
- ¿A dónde quieres ir?- apretó los labios y alzó sus perfectas cejas.
- A casa. ¿Dónde si no?- no lo miré.
- Oh- pareció decepcionado- Pensé que podríamos ir a algún lado.
Entonces sí lo miré.
- Aáron, no soy de ese tipo... No soy tan fácil.
- No me refería a eso.
- Ah- entendí- A pasar el rato.
- Veo que vas entendiendo Scott.- aparcó el auto- Necesito que me digas qué prefieres hacer, te llevo a tu casa, vamos a alguna plaza, ¿Ideas?
- Tengo el lugar perfecto.- medité unos segundos- Llévame a casa.
Él no se negó, y en menos de diez minutos ya habíamos llegado. Me bajé y él pareció dudar.
- ¿Qué esperas?
Entramos por la puerta de la cocina y subimos silenciosamente las escaleras. No había señal de mis padres o de mi entrometida hermana. Rápidamente fui a mi habitación y me cambié con lo primero que encontré: Una pollera azul oscura hasta las rodillas, un top negro y, como el calor de la fiesta se me había ido, mi preciada campera de jean. Tomé mi cámara, ya que estaba dispuesta a mostrarle un par de fotos. Parecía que compartíamos esa misma pasión.
Cuando salí Aáron estaba abandonando el baño. Deslicé la puerta corrediza que daba lugar al patio, y levemente le hice una señal para que me siguiera.
- ¿A dónde me llevas?- dijo algo nervioso.
- Ya veras Bennet, ni te imaginas- esto último pareció provocar más impaciencia en él.
Fuimos hasta el fondo, donde se encontraba una escalera metálica en forma de espiral. Rogué que Jane no nos escuchára, ella no tenía el sueño pesado, que digamos. No como mis padres; podría haber una estampida y ellos segurían roncando plácidamente.
Al final de la subida había un tanque de agua. Le indiqué a Aáron que teníamos que trepar sobre él. Una vez ahí, di un paso hacia arriba para subir al techo de chapa de la cocina. Por último dimos un salto un poco más arriba y terminamos en el techo de la casa.
Aquel era mi lugar secreto, ahí reflexionaba, cantaba, observaba a las personas sin que ellas me pudieran ver, tomaba fotos y hacía cualquier cosa. Ni mis padres o mi hermana sabían de la existencia de aquel lugar, solo Nicole y Valentino habían tenido el privilegio de subir. Una vez con los dos juntos y otra solo con ella. Desde que las clases habían comenzado no había tenido oportunidad de volver.
Eran las cuatro de la mañana y la noche estaba consumida por la oscuridad. Las luces de la calle ayudaron a que no nos resbaláramos ya que algo podíamos ver. Por primera vez desde que habíamos llegado me giré para verlo, una dulce sonrísa adornaba su rostro.
- Es perfecto- dijo luego de unos segundos.
- Nunca había venido de noche- confesé- De día la vista es hermosa.
- Te creo- se sentó- ¿Es tu lugar para pensar?
- Sí, ademas me inspira para fotografiar- me animé a decirle- ¿Sabes que eres la tercera persona que tiene el privilegio de acompañarme?
- Ahora me siento presionado- rió.
Me senté junto a él y observamos la luna. Le tomé una foto, se veía tan blanca y pura que no pude evitarlo. Seguimos observándola por unos minutos, las palabras no hacían falta. Me sentía conectada, y supe que él también. Sin decir una palabra le pasé mi cámara. Sin dejar de sonreír pasaba cuadro por cuadro. Algunas veces se quedaba mirando una foto por un largo tiempo.
Me devolvió la cámara y me incliné sobre su hombro. Cerré los ojos y el apoyó un auricular sobre mi oído. Un silbido invadio el espació, y cuando llegó la parte cantada me di cuenta que era una versión de "Young Folks", originalmente de "The Kooks". Él me susurró en mi oído libre:
- Young Folks. Versión de Peter Bjorn y John.
Cuando le canción terminó le pedí que la volviera a reproducir. Me sentía especial, sentía que flotaba, sentía que Aáron y yo formabamos parte de otro mundo. Me estaba enamorando... ¡Nó! No podía permitirme eso. Después de todo el daño que había sufrído a causa de chicos: infielidad, mentiras, drogas... Sabía que terminaría mal. Seguro que él no me veía de esa manera.
Traté de alejar esos pensamientos de mi mente, al menos por un tiempo. La canción nos transportaba y supe que no cambiaría ese momento por nada. Los ojos comenzaron a pesarme y al rato caí rendida en un profundo sueño.
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Y acá estoy a las 10 de la noche, toda sudada y cansada, todavía con el uniforme. ¡Pero no podía irme a dormir sin terminar el capítulo! Me sentí inspirada y tenía que escribir, así que pido disculpas por los 8.000 errores ortográficos y por que no hay casi revisión. Lo quería publicar yayayaya. Estoy emocionada p ara que lo lean cuanto antes. Sé que es un poco corto, pero me encanta. Les dejo el video de la hermosa canción, recomendadísima. Más adelante habrá un capítulo especial narrado solo por Aáron!!! Y una foto multimedia de nuestras queridísimas perras. Voten y comenten!
-SF
Pd: je, nuevo saludo. SF: Sun-flower1 ;)
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Haciendo Revolución
Teen FictionNayla vive perdida dentro de su propia mente. Nunca se sintió comprendida, y mucho menos, especial. Hasta que conoce a Aáron, quien hace que flores crezcan en sus pulmones, las cuales a veces no la dejan respirar. Por otro lado, Valentino vuelve a e...