- ¿Nayla estás bien? Te noto tensa últimamente.- me preguntó por décima vez Nicole, quien me había estado interrogando toda la mañana.
- Solo estoy cansada.- mentí.
- No te cree ni la mujer que sirve el pastel de carne.- dijo tomando un sorbo de su bebida.
Hace dos días que había encontrado a Peter escondiéndose en el sótano de casa. Jane había estado encargada de traerle comida, lo que explicaba su supuesta "huelga de hambre".
No podía contarle ni a mis padres ni a nadie. Segun él, mientras más personas lo supieran, más peligroso sería. No nos explico por qué. Ahora me había sumado a Jane para ayudarlo a no ser descubierto por mamá o papá.
Moría por contarle a Nicole todo lo que había sucedido. Era mi mejor amiga. Y como si pudiera ser más extraño, seguía enojada con Aáron por haber desconfiado de mí. Él había intentado hacer que lo perdonara, pero aunque quisiera no podía. Debía respetarme a mí misma, no podía permitir que él pensara que había sido algo sin importancia.
Todo lo que me había sucedido el lunes parecía sacado de la vida de otra persona. Situaciones como estas no solían sucederme a mí. Siempre tuve una vida bastante normal, al menos lo era hasta ese punto.
Me gustaba la idea de que mi vida se hubiera vuelto más... extraña. Siempre me había provocado ansiedad el pensar que no estaba viviendo adolescencia al máximo. Ya crecería y me volvería arrugada y vieja.
La verdad, extrañaba a Aáron. Desde que él había aparecído en mi vida, mis días ya no eran tan simples.
Ahora en la cafetería me sentía sumamente inquieta, con ganas de perdonar y no perdonar. ¿Cómo iba a entender al mundo si ni podía entenderme a mi misma?
- Nayla.- interrumpió Nicole, despertándome de mis pensamientos- ¿Puedes dejar de excluirme?
- ¿Excluirte de qué?- respondí confundida.
- De las conversaciones entre tú y tu cabeza.- mi amiga se cruzó de brazos.
- Quiero hacer algo divertido.
- ¿Divertido en qué sentido? Estamos en la escuela, lo más divertido que se puede hacer es ir al baño.
- Además, hoy tienes que ir a los ensayos y sales a las tres.- comentó Jeff mordiendo una manzana.
- ¿Les parece quedar más tarde?- pregunté.
- Claro. ¿Vamos al cine?- propuso Nicole.
- No. No quiero hacer algo normal. Tengo ganas de intentar algo nuevo.
- ¿Taller de cerámica?- bromeó Jeff.
- ¡Cómo no se me ocurrio antes! La idea más innovadora que escuché.- exclamé sarcásticamente.
- ¿Tienes alguna otra idea?
- Si.- aclaré mi garganta.- Los espero a la salida a las tres. Jeff, trae tu auto.
***
- ¿A dondé se supone que vamos?- me preguntó mi amigo con las manos al volante.
- Es una sorpresa. Ten, solo sigue las indicaciones,- le entregué un papel arrugado.
- Espero que valga la pena haber cancelado mi cita con Melody. Creo que ya me estoy arrepintiendo.
- ¿Esa perra? ¿Sigues interesado en ella después de lo que le hizo a Nayla?- Nicole lo miró enojada desde su asiento.
- Déjalo Nicole. Es hombre, no entiende los códigos.- me hundí de hombros, para luego girarme hacia Jeff.- Me conmueve que cancelaras tu cita para salir con tus amigas. ¡No te arrepentirás!
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Haciendo Revolución
Ficção AdolescenteNayla vive perdida dentro de su propia mente. Nunca se sintió comprendida, y mucho menos, especial. Hasta que conoce a Aáron, quien hace que flores crezcan en sus pulmones, las cuales a veces no la dejan respirar. Por otro lado, Valentino vuelve a e...