ESTOY CONTIGO (DAEMYRA)

Final

¡Hola a todos! Y por fin hemos llegado al final, pero no desesperen, habrá epílogo, aunque será muy cortito.

En esta historia lo que quise escribir fue una tragedia, pero con una hermosa historia de amor incondicional. 

¿Qué les ha parecido el amor de Nyra por Daemon en este fanfic? Lo quise dejar lo más incondicional posible y creo que lo logré jeje.

Les dejo el final para que lean, y nos vemos en el epílogo.

No olviden comentar y votar.

Besos y abrazos.

Sus rodillas dolían, y su espalda se sentía como si estuviera en llamas por la postura en que se había quedado dormida, de hecho, aún podía sentir la sensación viscosa de la sangre en sus manos.

Rhaenyra comenzó a despertar sintiendo que sus ojos ardían por haber llorado toda la noche, sintió unas manos que acariciaban su cabello y entonces recordó todo de golpe.

- Daemon- sollozó ella recordando y entonces, levantó la mirada.

Su mano ya no estaba entre sus manos, y él ya no estaba recostado en la cama donde lo habían puesto la noche anterior. 

Ahora él estaba sonriéndole y acariciaba sus despeinados cabellos.

- D-daemon- sollozó ella viéndolo mirarla fijamente.

Él estaba bien, a alguna hora había despertado y ahora estaba bien.

Ella recordó haberse quedado dormida tomando su mano cuando lo llevaron a su cama en Rocadragón. Se habían dado cuenta que él aún respiraba y Jacaerys junto con Aemond lo habían llevado hacia allá. 

De hecho, era probable que todos estuvieran durmiendo en el pasillo ahora.

Rhaenyra no podía hablar, solo podía mirarlo mientras las lágrimas caían de sus ojos.

Inmediatamente recordó que no podía llorar frente a él o él podía verse afectado por eso.

Recuperando la compostura que en ese minuto casi no tenía, ella se puso de pie aunque él la ayudó  y respiró hondo para calmarse.

- ¿Cómo estás hoy? ¿Te sientes mejor?- dijo ella escondiendo sus manos aún ensangrentadas con la sangre de Alys Rivers. Él vio sus manos ¿Se sentía asustado por eso?

Daemon no respondió y solo pudo sonreírle. Aunque había un brillo extraño en su mirada...no, solo era su emoción que le hacía ver eso.

- I-iré a buscar a alguna de las doncellas para poder ayudarte con tú ropa- dijo Rhaenyra sonriendo a su esposo de la misma forma amable que había hecho esos cinco largos años. 

Siempre cuidándolo, siempre a su lado. 

Cuando Rhaenyra, nerviosa y emocionada, queriendo nada más que abrazarlo, logró controlarse para hacer ademán de salir de allí a buscarle ropa y avisarles a todos que siguieran como si nada había pasado, él estaba bien y era lo que importaba, ya verían luego si él podía recuperarse o no, ahora necesitaban seguir la rutina de esos cinco años como pudieran. 

Rhaenyra suspiró y se dirigió a la puerta, pero Daemon tomó su mano y tiró de ella hacia él.

Rhaenyra lo miró confundida. Su agarre había sido fuerte, como...no, solamente lo había imaginado, él ya no era el mismo, y no tenía la misma fuerza que antes.

- ¿O-ocurre algo? - preguntó Rhaenyra nerviosa porque ahora él miraba la sangre en sus manos.

Rhaenyra sentía que él iba a tener un ataque o algo así con la sangre en sus manos, pero ni siquiera había tenido tiempo de limpiarse las manos, demasiado preocupada de velar su sueño.