| Un día peculiar |

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Los días no cambiaron mucho para Izuku luego de su primer día de trabajo. Todas las mañanas se levantaba temprano, llegaba a la oficina antes que su jefe, más tarde almorzaban juntos, era algo de lo que ya se había acostumbrado e incluso le empezaba a gustar, ya que de a poco se iba animando a hablar más libremente pero no tanto porque es su jefe. En el transcurso del día le pedía hacer algunos registros o archivos, no le gustan las reuniones pero aún así trata de agendarlas una vez a la semana para no agobiarlo. Por último espera a que su jefe se vaya y así poder irse tranquilo a su casa o al hospital a visitar a su madre, cuando no estaba muy cansado.
Los días que más agotaban a Izuku es cuando venían personas sin tener una cita previa y a toda costa intentan hablar con Bakugo. Estas personas pueden ser sus socios o reporteros que intentan entrometerse en su vida privada, un joven pero gran empresario debe tener muchas cosas que contar o muchas cosas que ocultar, cualquiera de las dos opciones llama la atención de los entrevistadores.

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Una mañana nueva había comenzado.

-Buenos días señor Bakugo!- saludo alegremente el pecoso.

Su jefe lo miro un poco irritado y no respondió a su saludo.

Eso le pareció un poco raro a Midoriya, ya que si había veces que no lo saludaba pero no lo miraba de mala manera como esa o a veces ni siquiera lo miraba, estaba acostumbrado a eso. Pero no sabía porque desde tan temprano ya estaba molesto, incluso hoy no tiene ni una reunión.
Dejo de pensar tanto en el tema y continúo con su trabajo. Hasta que la puerta del ascensor llamo su atención y miro curiosamente.

-Buenos días, ¿se encuentra Bakugo?- un hombre alto, esbelto, pelo bicolor y una cicatriz en su rostro, se acercaba serio al secretario que se sobresalto levemente ante su presencia.

-Buenos días, ¿disculpe pero tiene una cita agendada? ¿Podría decirme su nombre por favor?- le hablo con una sonrisa comprensiva y esperaba su respuesta atento. Sabía que no tenía una cita con su jefe pero le daba curiosidad saber quién era el tipo parado frente a el.

-Soy Todoroki Shoto. Y no, no tengo una cita con el- hizo una leve pausa observando a el muchacho sentado en su escritorio-Son uno de sus mejores socios y es urgente que el me atienda.

-Ahora que me recuerda su nombre se quién es- sonrió sorprendido- Veré si el señor Bakugo puede atenderlo en este momento, espere por favor.

El contrario no respondió, solo se quedó quieto en su lugar esperando a que haría el peliverde.

Todo tres veces la puerta suavemente y paso. Katsuki ya sabía que esa forma de tocar era de su secretario y si entraba a su oficina sin ser llamado era para algo importante.

-Disculpe las molestias señor Bakugo, pero el señor Todoroki está aquí afuera y dice que es urgente hablar con usted.
-Entonces que saque una cita y lo veré cuando pueda- no despegó la mirada de su computadora.
-Señor es uno de sus socios más importantes y parece necesitar hablar con usted urgentemente- sonaba algo preocupado- ¿Que le digo al señor Todoroki?
Al fin despego la mirada del computadora y lo observó- Ya te dije lo que debías decirle, que saque una cita y luego lo veré- lo miraba serio y determinado.

Izuku suspiro suavemente y salió de la oficina de su jefe.

-Disculpe señor Todoroki pero el señor Bakugo no está disponible ahora, pero ahora mismo agendare una cita con usted lo antes posible.

El bicolor miro molesto la puerta que daba a dónde estaba Bakugo.
Podría entrar fácilmente por esa puerta y hablar pero ese idiota es un terco que no quiere hablar con nadie.

Un jefe explosivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora