| Un encuentro más formal |

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-Creo que al fin encontré un buen empleo...- hablo un somnoliento y cansado pecoso frente a su computadora-Ahora podré dormir una hora antes de irme a trabajar como paseador de perros...- sus ojos se cerraron al instante en que apoyo su cabeza sobre el escritorio.

De repente su celular empezó a sonar.
¿La alarma?
Pensó dormido. Vio que era una llamada y respondió.

-Hola buenos días, me comunico con Izuku Midoriya?- hablo una voz masculina
-Si, ¿Con quién hablo?- respondió aún medio dormido, sin despegar la cabeza del escrito.
-Al fin lo encuentro señor!! Mi jefe al parecer encontró su billetera y se la quiere devolver.
-Mi billetera..?
-Si señor, si pudie-
-¡¿Mi billetera?! ¡¿En qué momento fue?!- dió un leve salto, despertando rápidamente.
-Si señor si billetera y no se cuándo fue exactamente, ayer quizás, no tengo esos detalles. Cómo le decía, si pudiera venir a nuestras oficinas para así entregarle de manera adecuada su cartera sería genial señor.
-Si, si, por supuesto. Deme la dirección y ya mismo iré- Busco lápiz y papel para anotar.
-O-ok! La dirección es xxxxx xxx xxx
-Entendido! Nos vemos luego- colgó la llamada y analizo la dirección.

Que raro. Esta dirección es en el centro de la ciudad, que oficinas serán? ¿Será alguna empresa famosa?
Se rió solo ante sus pensamientos. Se puso su ropa casual, ya que después de ir a buscar su billetera tendría que ir a trabajar y salió volando a la dirección dicha.

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Se escucharon tres golpes suaves a través de la puerta.

-Pase- hablo una voz ronca y sería.
-Señor, ya me pude comunicar con Izuku Midoriya y vendrá ahora mismo.
El rubio lo miró como si lo fuera a matar.
-Vete.
Fue lo único que dijo y el joven se fue corriendo hacia su puesto de trabajo.

Así que hoy vendrá ese pecoso escurridizo...

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Al llegar Izuku a las "oficinas" dichas se dió cuenta que tenía razón, es una empresa famosa y muy elegante.
Fue recibido por las recepcionistas, que le ofrecieron un café, el cuál no se pudo negar ya que no había desayunado nada.
De inmediato lo hicieron pasar a una oficina enorme, que al parecer era el jefe de esa empresa y quién había encontrado su billetera.
Al entrar se encontró con unos ojos carmesí que lo miraban con sigilo, cada paso que dió hasta sentarse frente a el. No hablo en ningún momento, solo lo observaba detenidamente.

-H-hola, soy Izuku Midoriya. Gracias por encontrar mi billetera!- dijo con una gran sonrisa, lo cual hizo que cambiará un poco la expresión del rubio, para que al fin hablara.
-¿No te disculparas?- el pecoso lo miro confundido
-La perdiste cuando chocaste conmigo en la calle.
-OH! L-lo siento, no fue mi intención hacerlo. E-es que llegaba tarde a un lugar de mi trabajo y si no llegaba a tiempo....- siguió hablando dando explicaciones de porque lo chocó pero el pelirubio ya no lo escuchaba. Le gustaba ver cómo se ponía nervioso ante su mirada.
Tierno.
Pensó en sus adentros.

-Esta bien, solo pedí una disculpa no una explicación tan tediosa- le dió la billetera- puedes revisarla, está todo.
-E-esta bien, confío en usted jaja- en realidad sabía que no tenía nada de dinero y nada de valor que pueda sacar de ahí.

La oficina se inundó de un silencio bastante incómodo hasta que el peliverde volvió a hablar.

-B-bueno, muchas gracias por todo pero ya debo irme a trabajar!- dijo con una sonrisa gentil y lentandose de su asiento.
-¿No te habían despedido?- pregunto el cenizo que al parecer si había escuchado lo que balbuceaba el joven
-De repartidor de pizza, pero aún tengo otros 4 empleos que cuidar jaja- dió una leve sonrisa, mientras se tocaba la nuca
-Necesitas un empleo?
-Mmm bueno, no estaría mal.
-Entonces trabaja aquí como mi secretario y deja esos otros empleos.
-¡¿Qué?!
-Recibiras una buena paga, no necesitarás de esos empleos. Así que solo trabaja para mí- pareció recalcar la última frase mientras observaba fijamente al pecoso, eso lo estremeció demasiado.
El rubio movió su mirada a su computador- Ya les avisaré que mañana mismo empezarás a trabajar, solo por hoy ve a casa y prepárate para mañana. A la salida te explicará. Todo a detalle. Adiós- fue más seco que al principio.
El joven solo asintió y se acercó a la puerta-Muchas gracias, y lo veo mañana temprano!!- dijo alegremente saliendo de la oficina.
Eso provocó una leve sonrisa en ese jefe testarudo.

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Cuando Izuku salió de la oficina le dieron los hornos y demás datos. Al salir de la empresa estaba eufórico. No podía creer que había conseguido un empleo en una empresa como esa. Estaba demasiado feliz, pero aún cansado.
Al llegar a su departamento el cansancio lo venció, luego de llamar a todos sus trabajos para anunciar su renuncia y disculpas, durmió plácidamente en su cama. Hace mucho tiempo que no dormía tan bien.

Un jefe explosivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora