Capítulo 2

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La vida de Hadriana se detuvo en seco el 30 de enero de 2009, cuando JARVIS la llamó y pronunció seis palabras que hicieron que la sangre se le secara de la cara y que su mundo diera vueltas.

"He perdido el contacto con el señor".

Una cosa que Hadriana sabía de la IA es que siempre estaba en contacto con Tony a través de su teléfono o su reloj. Tony había creado tecnología avanzada sólo con ese fin. Los principales protocolos de JARVIS consistían en proteger a Tony a toda costa, aunque eso significara regañarle sin cesar para que comiera y durmiera. Pero enterarse de que JARVIS había perdido el contacto con su hermano en territorio de guerra activa era espeluznante.

Con manos temblorosas, Hadriana se las arregló para agarrar a Rhodey, que sonaba tan horrorizado y tembloroso como ella: "Tony quería ir en el otro Humvee, no en el mío; ocurrió muy deprisa. Un artefacto explosivo improvisado alcanzó al primer Humvee y los soldados que iban en el de Tony murieron... no sabemos quién se lo llevó, ni si está -"

"No te atrevas a decirlo", espetó Hadriana, apretando con más fuerza el teléfono contra su oreja, "yo sabría si mi hermano está... Rhodey, ¿qué se está haciendo? ¿Le estás buscando?"

Rhodey suspiró: "Se envían helicópteros a diario, pero los insurgentes del desierto se esconden en cuevas, Ana...".

Hadriana le interrumpió: "Entiendo. Te llamaré más tarde".

Hadriana colgó bruscamente y tiró el teléfono sobre la cama. Abrió de golpe las puertas de su armario y cogió una bolsa de lona, en la que metió ropa al azar.
Invocó varias botellas de agua y las añadió también, y unas cuantas barritas de proteínas como idea tardía.

"J" dijo secamente, "envíame las últimas coordenadas conocidas de Tony".

JARVIS permaneció en silencio unos instantes, y luego su teléfono emitió un pitido: "Señorita Hadriana, no estoy seguro de lo que espera conseguir volando a Afganistán".

Hadriana se colgó el bolso del hombro, con la magia crepitando en la punta de los dedos. "Oh, JARVIS" dijo secamente, cogiendo el teléfono, "no voy a volar".

⚜⚜⚜

Hadriana odiaba Afganistán desde el momento en que apareció en las últimas coordenadas conocidas de Tony. Era un lugar seco y desolado. Especialmente donde se habían llevado a Tony; aún había escombros en el suelo arenoso y rocoso, y la sangre hacía tiempo que se había coagulado en la arena. Tragando grueso, Hadriana registró la zona minuciosamente, observando el suelo con detenimiento hasta que tropezó con los restos destrozados del teléfono de Tony, semiocultos entre dos grandes rocas. Cerca había un charco de sangre, y se quedó mirándolo un buen rato.

"Señorita Hadriana", dijo JARVIS desde su teléfono, y ella dio un respingo, canturreando distraídamente mientras la rabia corría por sus venas, con la magia esmeralda chispeando en la punta de sus dedos. "Aunque estoy bastante aturdida, debo informarte de un pico de energía que estoy captando procedente de ti".

"Sí", se atragantó Hadriana, apretando los puños con fuerza. "Probablemente debería haberte advertido, J, de que soy algo mágica".

JARVIS guardó silencio un momento: "Muy bien. ¿Y esta magia puede utilizarse para encontrar al Señor?".

"Sí. O moriré en el intento".

"Muy bien, señorita".

⚜⚜⚜

Hadriana tropezó con el primer campamento terrorista una semana después de aparecerse a diario en Afganistán. Día y noche acechaba por las arenas en busca de Tony, lanzando hechizos "apúntame" sin varita mágica y siguiendo los tirones detrás de su ombligo. Pero el país era grande, los días abrasadores y las noches extrañamente frías y a veces nevadas. Volvía a casa para pasar unas horas de sueño intranquilo, pero inevitablemente acababa justo donde empezó: asaltando el desierto en busca de su hermano mayor.

Per Aspera Ad Astra || #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora