Per Aspera Ad Astra || #1 ✔

Capítulo 20

En cuanto Loki, Frigga y Thor regresaron a Asgard, ella quiso marcharse una vez más. No había querido volver, pero su madre la había convencido de que era lo mejor. Seguía siendo la princesa de Asgard y tenía deberes que cumplir a pesar de su antipatía por el Todopoderoso.

Loki nunca había podido decir que no a madre, y Frigga lo sabía.

A su llegada, Loki se alegró por la ausencia de cadenas y grilletes que la esperaban. Más bien, los guardias de la casa le entregaron un caballo y se inclinó ante él respetuosamente. Asintió y montó en el corcel, moviéndose para ponerse cómoda.

La Ciudad Dorada seguía siendo tan ostentosa y brillante como siempre, y Loki sólo la odiaba más que la última vez. Había llegado a odiar la bonita fachada que era. Ocultaba las feas verdades que Odín había ocultado a todo el mundo; su princesa no era Aesir en absoluto, sino la monstruosa Jötunn de la que todos los padres advertían a sus hijos.

Hadriana y Jaime habían demostrado a Loki que no todo el mundo pensaba que los Jötunn eran monstruosos. Eso le hizo esbozar una leve sonrisa de felicidad mientras cabalgaba.

Hadriana y Jaime habían cambiado muchas cosas para Loki. Durante mucho tiempo había desdeñado los sentimientos y se había mofado de la gente que hablaba del amor como una especie de gracia salvadora, pero con Hadriana y James Loki se había convertido en una de esas personas. Había pensado brevemente en apartar a sus amantes, pero todos esos pensamientos se esfumaron cuando vio a James enseñando a Hadriana a bailar swing y su corazón se derritió.

Loki se sacudió los pensamientos y volvió a centrarse en hacia dónde se dirigía su caballo; ya estaban cerca del palacio, y la gente común había salido de sus casas para saludar a los miembros de la realeza que eran escoltados por sus hogares. Loki esbozó una rígida sonrisa y saludó con la mano, pero podía ver las miradas recelosas que le lanzaban.

Odín les esperaba en la sala del trono. Les quitó sus monturas y se acercaron al rey para mostrarle toda la diferencia debida. Frigga y Thor lo hicieron alegremente, pero Loki permaneció obstinadamente erguido.

"Loki". Odín sonaba cansado, con el rostro curtido. "¿Has demostrado ser digno de tu seiðr y de tu título y aún te burlas de mí?".

"Lo que has hecho no se olvidará en tan poco tiempo, Odín", dijo ella tensa. "Estoy aquí por respeto a mi madre, no a ti".

Odín suspiró, tan cansado como un mortal. "Ya veo", dijo, poniéndose en pie. "La Convergencia pronto estará sobre nosotros y, aunque raros, pueden surgir muchos peligros. Te he llamado a Asgard por tal motivo".

La última Convergencia había tenido lugar mucho antes de que Loki o Thor estuvieran vivos. Fue una época en la que los Nueve Reinos de Yggdrasil estaban alineados, las fronteras dimensionales entre los reinos se hicieron delgadas y se produjeron muchas anomalías físicas e hiperdimensionales al azar. Estos fenómenos incluían cambios en la gravedad, extrusiones espaciales y el tejido de la realidad potencialmente desgarrado, lo que no era lo ideal. 

Durante la última Convergencia, el rey de los elfos oscuros, Malekith, había intentado aprovechar la perturbación con una poderosa arma conocida como el Éter; deseaba revertir el universo a la oscuridad primordial en la que prosperaba su raza. Bor, el padre de Odín, le había detenido con los ejércitos de Asgard, una historia que a Loki y Thor les contaron innumerables veces cuando eran niños.

Odín los despidió poco después afirmando que hablarían más sobre la Convergencia durante la cena, y Loki se retiró apresuradamente a sus habitaciones, pues ya había tenido más que suficiente exposición a Odín por el momento.

Loki deseó volver a la Tierra.

⚜⚜⚜

Darcy se movía en círculos cerrados y presa del pánico mientras esperaba a que llegara la policía. Todo había sido culpa suya; había sido ella quien le había dicho a Jane que su cacharro había estado pitando, y Jane, siendo Jane, no había podido resistirse a comprobarlo y, bueno, ¡ahora Jane había desaparecido! E Ian era un completo inútil, pues había perdido las llaves del coche en el extraño barullo que se estaba formando en la fábrica abandonada.