Capítulo 3

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Hadriana estaba junto a Pepper en la pista privada mientras el avión de las fuerzas aéreas se abría. El corazón le dio un salto en la garganta cuando Tony apareció, aceptando la ayuda de Rhodey para levantarse de la silla de ruedas. Los nervios y la felicidad luchaban en su interior; estaba más que feliz de que Tony estuviera en casa, vivo y relativamente ileso, pero sus persistentes dudas de que descubriera su magia hicieron que su corazón se acelerara y que un sudor frío le recorriera la espalda.

Tony se acercó, agarrando la mano de Rhodey. Parecía agotado y magullado, con un brazo en cabestrillo, pero aun así saludó a los dos paramédicos que se dirigían hacia él. Se detuvo delante de Pepper y canturreó: "Ojos rojos. ¿Lágrimas por tu jefe perdido?".

"Lágrimas de alegría", dijo Pepper bromeando, "odio buscar trabajo".

Hadriana contuvo la respiración cuando Tony se encontró con su mirada, y se derritió cuando la rodeó con su brazo bueno y la apretó. Ella le devolvió el abrazo, ahogando las lágrimas: "Te he echado de menos, hermano mayor".

"Yo también te he echado de menos, Piccolo", murmuró él.

Hadriana se agarró a la mano de Tony mientras subían a un coche. Pepper se inclinó hacia delante para ordenar a Happy que fuera al hospital, pero Tony negó con la cabeza: "No. Ningún hospital. Llevo tres meses cautivo en una cueva; sólo quiero dos cosas: una hamburguesa americana con queso y...".

Pepper puso los ojos en blanco: "Ya está bien".

Hadriana apretó la mandíbula, irritada porque Pepper supusiera de inmediato que Tony quería un revolcón en las sábanas después de haber sido secuestrado por terroristas. Su hermano demostró a Pepper que estaba equivocada al decir: "No es lo que piensas. Quiero que convoques una rueda de prensa".

Pepper parpadeó: "¿Conferencia de prensa?".

"Sí. Conduce, Hogan", le dijo Tony a Happy, que sonrió y asintió.

Hadriana apoyó la cabeza en el hombro de Tony, y sonrió cuando éste le dio un beso en la cabeza. Pero a pesar de su felicidad por el regreso de Tony, también estaba nerviosa. Había mantenido su magia en secreto toda su vida. Tony era un hombre de lógica y ciencia, y después de haber crecido en su vida pasada con los Dursley llamándola bicho raro y abominación, a Hadriana le preocupaba cómo reaccionaría Tony ante el hecho de que tuviera magia.

El trayecto hasta Industrias Stark fue tranquilo y apacible, y Pepper rompió el silencio murmurando en su teléfono. Sin embargo, cuando llegaron, Hadriana suspiró ante el mar de periodistas. Habían parado en Burger King para que Tony, que estaba masticando alegremente su segunda hamburguesa con queso, saliera del coche, y Hadriana apretó los dientes cuando Obadiah apareció con un caro traje de lino de tres piezas.

"¡Eh, ahí está!" dijo Obadiah en voz alta, abrazando firmemente a Tony. Hadriana forzó su sonrisa educada y mediática y siguió a Tony, Obadiah y Pepper al interior del edificio, mientras las cámaras disparaban flashes y los periodistas gritaban preguntas y saludos.

Hadriana se quedó con Pepper al fondo de la sala mientras Tony se acercaba al podio. La rueda de prensa se había organizado en una de las salas de reuniones del consejo de administración, en la tercera planta, y los periodistas se habían apiñado lo mejor que pudieron.

Hadriana tragó grueso cuando Tony pidió a todos que se sentaran, y ellos obedecieron confusos. Tony sacó su tercera hamburguesa con queso y la desenvolvió, dándole un mordisco. Masticó y tragó, volviéndose hacia Obadiah.

Un hombre bajo y calvo apareció al otro lado de Pepper, con una sonrisa cortés en la cara: "¿Señorita Potts?".

"¿Sí?" dijo Pepper, mirándolo con curiosidad.

Per Aspera Ad Astra || #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora