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"Nada es lo que parece"
Cuando el rey deja sus dominios y sale de la protección de los monumentos de su castillo, es ahí donde participa con furia e ira luchar contra los bárbaros de la tribu por la conquista de más tierras.
Se prometía jamás regresar a su castillo hasta no conseguir un gran tesoro como es la victoria.
No se iría de esas tierras sin algo poseer.
***
En lo más recóndito del castillo, el príncipe le hacía frente a su padre a última hora cuando estaban a punto de abordar el barco.
─No navegaré las aguas en tu barco.
Sospechaba que esa frase llegaría tarde o temprano, no le decepcionó como tampoco le sorprendió al monarca de pesada armadura de metal que miraba a su hijo menor con severidad.
─Entonces no lo hagas, así el barco tendrá menos carga.
Shoto apretó los dientes viendo al rey partir. La tripulación trataba de dejar todo listo para la partida, aunque las fervientes aguas golpeaban y meneaban el barco pesado como si trataran de detener el cruel espionaje del Rey por nuevas conquistas, no se detendrían, ni por ningún guerrero, como tampoco por ningún hijo.
Enji Todoroki creía estar listo.
*
*
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─¡Bakugo, por ahí va!
El ciervo estaba despavorido, el corazón a mil buscando una salida de aquel muchacho.
El grito de Denki sonó hasta la posición de Bakugo, quien estaba escondido apuntando el sitio donde había predecido que el ciervo cruzaría, apuntando sin parpadear con el arco.
─Puedo hacerlo... ─soltó un suspiró.
Los pasos desesperados aparecieron invadiendo su cabeza, la adrenalina le hizo actuar rápido en cuando la cabeza del ciervo apareció en su visión.
Soltó la cuerda que retenía la flecha y disparó.
El filo del arma se clavó en el cuello del animal, dejandolo tonto y cayendo en una trampa camuflada por hojas y más hierbajos, el animal casi inerte quedó prendado de las patas en el aire en cuanto la trampa se activo con su peso.
Ambos rubios se acercaron corriendo. Denki colocó su mano en la cabeza del animal, Bakugo suelta unas palabras en su idioma antes de quitar la flecha dejando borbotones de sangre salir. Aprieta con un puño su propia flecha con enojo.
