TODOBAKU ☆ SOLOS

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—¿Llevas agua en tu mochila?

—Sí.

—Es indispensable, bastardo.

—Lo sé.

—Tsk, habló en serio, dame tu mochila.

Ni siquiera esperó a que Todoroki se la quitara, simplemente jalo y la abrió para corroborar que estuvieran botellas de agua dentro. El montañismo quitaba muchas energías de principiantes como lo era Shoto, y la necesidad de agua cada dos por tres era incesante, por eso Bakugou, como el instructor de esta expedición, estaba a cargo del culo de Todoroki.

Enji Todoroki, el hombre que paga sus exploraciones y equipo, lo mataría si dejase que le pasara algo a su hijo.

—¿Por qué no tienes miedo de encontrarte con el pie grande o algo así antes de que nos quedemos sin agua?

—Porque sé que el pie grande no existe, en cambio la sed sí.

Shoto se quedó más confundido y preguntó.

—¿Te puedo preguntar a quién buscamos?

—A un troll.

Luego de dejarle algunas provisiones más en su mochila, Katsuki se la extendió.

—Toma, ahora estás listo. Ves que no era tan complicado, bas-tar-di-to. —sonrió sugerente, acercándose lo suficiente para poner nervioso al de cabello bicolor.

Shoto tragó saliva sintiendo su cara roja, Katsuki sonrió pero no le dió lo que quería Shoto, solo se alejó hacía la salida.

Y así, partiendo a su excursión en busca de aquellos malignos seres para su investigación.

Caminaron un gran tramo lejos de su tienda -donde se habían quedado por varios días, monitoreando cámaras que ellos mismos esparcieron por el bosque para tener alguna toma de aquellos especímenes que eran la nueva obsesión y enigma para el rubio-. Katsuki estaba todo cubierto, desde sus piernas con medias negras y sus brazos, un chaleco sin mangas con la gruesa mochila atrás.

El calor era infernal a medio día. El Sol estaba encima de ellos quemándoles el cuello, Todoroki juraría ver el cuello de su líder un poco rojo.

—¿Te echaste bloqueador detrás del cuello antes? —pregunto.

En cambio, los hombros del rubio ceniza dieron un ligero brinco.

Shoto prácticamente le obligó a detenerse luego de cruzar un río rocoso, Katsuki dejó su mochila de lado mientras se sentaba sobre una roca con mala gana.

Shoto aplicó la crema con sus manos, Katsuki se dejó hacer. Notó una gota de sudor resbalar de la mandíbula hasta el cuello y perderse entre los pectorales pesados de Katsuki. A Shoto se le hizo agua la boca.

Suprime sus sentimientos en lo más profundo, porque sí, a él le interesaba mucho Katsuki, no por nadie se iría en medio de la nada a "cazar trolls", seres que ciertamente él no cree que existan pero lo hace porque quiere estar al lado de Katsuki.

Bakugo solo se levanta sin darle las gracias y retoma la caminata.

Carajo, en serio tiene que estar muy jodido por el culo gordo del menor para seguir ahí.

Toma sus cosas y lo ve brincar unas rocas hasta llegar a lo que parece una cueva.

—¿Ya viste esto?

—No ¿Estaba ahí?

Katsuki rodó los ojos y entró con cuidado, había muchas rocas pero aquellas no impedían el paso.

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