Capítulo 3

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Minwoo dirigió la vista hacia el árbol, encogiéndosele el estómago cuando vio la enorme grieta en el centro del tronco. Dejó escapar un gruñido de frustración, haciendo que el soldado de la coalición de pie junto a él se retorciese las manos.

—Siempre podríamos pegarlo —sugirió el soldado.

—Por favor, dime que era una broma —espetó Minwoo, con la esperanza de que realmente no tuvieran a un idiota en sus filas.

Cuando el chico se sonrojó, Minwoo se dio cuenta de que sí, el hombre lo había dicho completamente en serio. Sujetándose el puente de la nariz, como le había visto hacer muchas veces a Yunho, Minwoo comenzó a contar lentamente hasta diez. Cuando eso no funcionó, comenzó a recitar los números primos.

—Tal vez podamos salir a buscar uno nuevo —sugirió Kun.

—¿Dos días antes de Navidad? No habrá nada que valga la pena. Además, los Lobos van empezaran a aparecer en cualquier momento —dijo Minwoo.

Y cuando lo hicieran, se encontrarían con un desastre de árbol que era tan malo que hacía que el aspecto desaliñado de Charlie Brown se viera tan bien como el pino del Rockefeller Plaza. No sólo eso, sino que no tenían suficiente vino, los servicios de restauración aún tenían que llamar y confirmar, además de que la banda acababa de llamar para decir que no

podían actuar porque su batería estaba herido. En serio, en primer lugar, ¿qué tipo de cambiaformas cigüeña trata de enfrentarse a una hiena? Sonaba como si toda la banda consistiera en un par de animales en un pesebre.

—¿Seguro que no quieres que vayamos y lo intentemos? — presionó Yunhyuk.

—No, gracias. Lo último que quiero es que vuestras parejas tengan sus pollas en un nudo porque os dejé ir por vuestra cuenta.

—Nadie lo sabrá. Nos escabullimos todo el tiempo — confesó Kun.

Maldita sea, Minwoo estaba tentado, pero sabía que no podía. Si los gemelos eran capturados, nunca se lo perdonaría. Dejando escapar un suspiro, dijo: —Voy a enviar a Jimin. Le encanta ir de compras, así que eso debería sacarnos del apuro.

Kun arrugó la nariz. —Está bien, sólo una advertencia, Jimin no sabe contenerse, por lo que probablemente deje seca tu tarjeta de crédito.

Yunhyuk extendió las manos. —No nos malinterpretes. Nos encanta el tipo, además es el mejor amigo de mi hermana. Sólo estamos tratando de advertirte de que no sabe el significado de la palabra presupuesto. En una ocasión, Timoteo cometió el error de permitir que Jimin usara su tarjeta de crédito y el tigre superó todos los límites.

—No creo que jamás haya visto a Timoteo tan molesto — agregó Kun—. Incluso la araña corrió asustada.

Minwoo ni siquiera se molestó en preguntar quién era la araña, ya que Kun parecía ser el único capaz de verla. Ya fuera a causa de su trastorno mental, o simplemente debido a su

rareza, había algunas cosas que sólo existían en el mundo de Kun.

—Realmente no creo que la araña derribara el árbol... — Minwoo bromeó, recordando el anterior comentario de Kun.

—Eso es una clara posibilidad —dijo Kun con un tono muy serio.

Bueno, era hora de que Minwoo consiguiera un descanso de los gemelos. Realmente le gustaban, pero no podía tomar tanto de ellos en un día. Decidiendo que necesitaba encontrar alguna tarea que los distrajera, repasó la lista en su mente, tratando de encontrar algo donde fuera menos probable que se metieran en problemas.

—¿Por qué no termináis de inflar los globos y después colgáis las serpentinas?

Cuando los Águilas salieron corriendo, Minwoo agregó: — Ah, y que dejad de chupar el helio. Eso dejó de ser divertido hace tres horas.

Serie de los CP 15 - Colmillos, pelos y bolas de nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora