Robdrian 2.

48 2 0
                                        

Este es el último escrito qué hice de ellos. 

────────── 

—Siéntate —Indicó Edgardo señalando la silla vacía frente a él. Sin muchos ánimos acepté—. Seguro qué sabes el motivo de esta pequeña reunión.

—Quizás —Respondí a secas—. Pero si puedes refrescar mi memoria, te lo agradecería.

—Ustedes piensan qué soy estúpido —Exclamó en voz alta. Solté una ligera risa burlona pero en cuánto sentí su mirada, intenté disimular—. Sé qué te han venido a visitar, en especial un ex miembro del grupo.

—Aja ¿Y? —Mis respuestas tajantes comenzaron a sacarlo de quicio—. ¿Eso amerita una sanción por parte tuya? En verdad estoy lleno de miedo.

—No creas qué no lo sé —Me miró serio—. Me habían contado qué algo sucedía entre ustedes, jamás lo creí posible ¿Sabes? Él era muy inteligente cómo para llegar a salir con alguien cómo tú.

—¿Disculpe? —Ignoró mi pregunta.

—Desde qué te conozco sólo has sabido ser un chico sin control alguno, haces lo que quieres y no te importan las consecuencias, eres el peor desastre que me he topado en quince años de trayectoria —Su mirada se fijó en mí—. Ya deberías saber todas las opiniones sobre ti, nadie sería capaz de tomarte enserio, ni siquiera las fans.

—Soy un desastre, mensaje recibido —Me coloqué un mechón detrás de la oreja—. ¿Usted cree qué es el primero en decírmelo? He vivido oyéndolo desde qué me expulsaron de la escuela ¿Cuál es el punto?

—Ya de por si, sus acciones me siguen costando —Hizo énfasis en "sus"—. He trabajo cómo loco para mantener de pie al grupo, y no me quiero ni imaginar cómo será todo si su jueguito de romance se llega a saber.

—¿Y qué planea? ¿Sacarme para qué lo deje vivir tranquilo? —Él giró su silla antes de poder decir algo.

—Eso sería demasiado fácil —Contestó—. Terminar con esto no va a ser sólo mi trabajo, sino nuestro, y lo harás bien por qué sino tú sabrás cómo pueden suceder las cosas.

—Yo, estoy fuera —Respondí, tomando los costados de la silla para levantarme. Pero en cuánto me descuidé algo me golpeó fuertemente la frente—. ¿Qué carajos le sucede?

—No olvides qué cómo te dije antes, no creo qué quieras recobrar viejos tiempos —Se levantó de su asiento y salió del cuarto, no sin antes decir—. Terminamos por hoy.

────────── 

Después de ese incidente la gente del grupo nos empezó a juntar con Timbiriche. El peor dolor de cabeza fue mi "relación" con una de las integrantes, a pesar de qué me negué en numerosas ocasiones, se me fue imposible negarme, y no me quedó de otra que aceptarlo.

Sin embargo, no dejé de verme con Robert. A veces me escapaba para ir a su casa, él es mi lugar seguro, le tuve qué contar lo que sucedió en el despacho de Edgardo pero eso no terminó bien.

—La estoy pasando cómo si fuera un infierno —Respondí estando acostado en su cama—. Silvia no es una persona terrible pero, no me gusta, no la quiero.

—Adrián —Dijo un poco tristón él—. ¿Y si esto es sólo una señal para decirnos qué nuestra relación no podría funcionar?

—No, esto es otro tipo de señal —Respondí un poco más calmado—. La razón de esto es para no "entorpecer" su trabajo en el grupo, el cuál no estaría así de no ser por nosotros —Dije medio molesto—. Pero el punto es, quizá esto sólo me dice "Sal del grupo ya mismo".

—¿Y lo harás? —Preguntó.

—Mi tiempo ya se acabó, si estar en el grupo me limita a las cosas que amo —Lo miré—. Entonces yo no quiero seguir ahí, ellos estarán mejor sin mí, ya no seré el desastre del cuál puedan quejarse.

—Tú no eres un desastre —Me miró sonriendo—. Olvídate de tu pasado, ya no eres la misma persona ahorita, simplemente tienes el alma rebelde de siempre.

—¿Por qué no pueden verme cómo tú lo haces? —Me sentí mejor de sólo oírlo. Después me levanté sólo para despeinarlo un poco—. Bien Alejandro, debo irme —Tomé una gorra qué dejé sobre su cama, y antes de decirle adiós por completo, le di un beso en la mejilla—. La próxima ves que nos encontremos, yo seré "Ex menudo".

Quisiera poder decir que ese día decidí irme. Pero pasaron un par de semanas para eso, estando en la casa en Puerto Rico oí una conversación de gente del staff, uno de ellos viajaría a Miami y eso fue música para mis oídos, me fijé no perder de vista ese boleto.

Una vez llegada la noche me escabullí por los pasillos para robar mi preciada salida del grupo. Todos están durmiendo y yo salí por mi ventana, tomé una mochila medio vacía con algunas cosas mías. Al salir por fin, decidí desviarme un poco para ir a verlo y contarle mi plan.

Estuve fuera de su ventana por un par de minutos hasta que se asomó.

—¿Enloqueciste? Son las doce y algo —Se quejó un poco—. ¿Qué pasó?

—Estás viendo a un ex miembro del grupo menudo —Sonreí—. Oye, tengo qué decirte algo antes de irme.

—¿Cómo? ¿Irte a dónde? —Se quedó confundido—. Adrián...

—Robé un pasaje de avión a Miami, me iré a casa de mi hermana —Respondí—. Te juro que volveré, de mientras es mi plan A, en fin, lo qué vengo a decirte es —Me quedé mirándolo por un par de segundos—. Nunca olvides lo enamorado qué he estado de ti, cómo alguna vez dijo una de nuestras canciones...

—Lo olvidaste ¿Cierto? —Me miró casi a punto de reírse.

—Bien, me atrapaste —Respondí—. Equis, sólo recuerda entonces lo primero, me tengo que ir, adiós.

Eso fue lo último qué pude decirle antes de salir corriendo hacía el aeropuerto.

One shots de Menudo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora