Destinado A Ser Amado Por Las Villanas (Por Corregir)

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3. Un puñetazo

Beatrix es la secretaria del Consejo Estudiantil de la Academia Elfante y confidente de la presidenta desde hace más de diez años.

    

Eso también significaba que era la que más se enfadaba cuando Elnore llegaba tarde a una cita.

    

"¡Esa mujer sí que se volvió loca...!".

     

Beatrix apretó los dientes mientras miraba la hora en su reloj de pulsera.

    

En todo caso, ¿no debería ser la persona más importante, como la presidenta del Consejo Estudiantil, la que llegara diez minutos antes?

    

"¡Se-senior! ¡El Conde Creitan acaba de llegar...!"

    

"¡El Marqués Galanti está aquí...!"

Y como guinda del pastel estaban este tipo de noticias, que no hacían más que avivar su ira.

    

La ceremonia de entrada de Elfante no era sólo un "evento de la academia". También es una reunión de las figuras clave del Imperio que buscan establecer relaciones.

    

¡Pensar que ella es incapaz de mantener incluso lo más básico como el compromiso de tiempo frente a tales personas...!

    

Mientras Beatrix trataba de aplacar su rabia, alguien abrió la puerta de la sala del Consejo Estudiantil.

    

Era una Elnore empapada en sangre.

       

"..."

    

"..."

    

Todos, incluso Beatrix, guardaron silencio. Mientras tanto, Elnore entró en la sala y dejó su espada sobre el escritorio con un suspiro.

    

Al final, uno de los alumnos no pudo aguantar más e hipó ante la visión ensangrentada.

    

"¿Ocurre algo?"

    

Sólo entonces Elnore se dio cuenta del extraño silencio.

    

Beatrix se masajeó la sien y respondió.

    

"Tengo tantas preguntas, pero las resumiré en una, así que, por favor, respóndeme sin rodeos. ¿Qué has estado haciendo?"

   

"Sólo algo de limpieza".  

    

Habiendo estado juntas durante 10 años, Beatrix supo al instante que esto era algo de lo que no se debía hablar en público. Ella lo entendió tan rápido, de hecho, que merecía elogios.   

    

"...Tengo que disculparme, pero la Presidenta y yo nos ocuparemos de las cosas a partir de ahora. Me gustaría pedirles a todos que se vayan".

       

Beatrix despidió amablemente a los demás estudiantes con una brillante sonrisa. Sin embargo, en cuanto se fue el último, su expresión se ensombreció instantáneamente hasta convertirse en la de un demonio.