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Desperté con un dolor de cabeza. Miré a mí al rededor y recordé lo sucedido la noche anterior. Sonreí.

Bajé las escaleras y me encontré a Jennie cocinando,  llevaba una camisa holgada que me dejaba ver la mitad de su lindo trasero y su braga color rojo.

—Buenos días— saludé, pegándome a su cuerpo y besando su cuello, ella gimió al sentirme tan cerca y pegó más su trasero a mi entrepierna.

Jennie se giró.

—¿Días dices? Son las dos de la tarde— me dijo.

—Nuevo récord, Jen— dije, besando sus labios.

—Estoy preparando el almuerzo, Lisa. No me distraigas— se separó del beso y se giró de nuevo, pegando su trasero más a mí.

Ella estaba jugando conmigo. Lo sé.

—¿Que preparas?— pregunté, tenía curiosidad. Incluso por saber que tan bien cocina.

—Verduras hervidas con un poco de arroz y pollo al horno— respondió sonriendo, mientras picabas las verduras.

—Mm— toqué su trasero con mis manos y lo apreté, besé su espalda.

—Deja de hacer eso— Ella volvió a girarse para mirarme. Vi la oportunidad y la aproveché, la besé.

—Mm, Lisa…— mordió mi labio inferior, sacándome un gemido.

Me separé del beso.

—Iré a bañarme super rápido, bebé— un último beso y hice lo que dije.

—¡Te dejé ropa limpia en el baño!— escuché su grito desde la cocina. Suspiré como idiota y fui a bañarme.

Una vez me bañé, el dolor de cabeza casi había desaparecido. Al parecer era una señal de mi cuerpo, "Lisa, estás muy puerca, báñate".

Cuando bajé las escaleras, Jennie estaba preparando la mesa. Ella me indicó que me siente y así lo hice.

Comenzamos a comer y ella preguntó.

—¿Que dices de mí comida? ¿Puedes comparar mí sazón con la tuya?— Preguntó, poniéndole un poco de humor a la pregunta.

—No sé cocinar— solté sonriente. Y es verdad, el arroz se me quema muy rápido y no tengo idea como se hace.

Ella me miró extrañada.

—Vives sola. ¿Quién te cocina?

—No desayuno porque me levanto muy tarde y cuando lo hago, Freen y Rosé están en mí casa, rara vez Freen viene sola o Rosé, así. Ellas me hacen el almuerzo y comemos. La cena yo la ordeno— expliqué.

—Tienes muy buenas amigas.

—Lo sé —dije.

—Uh. Y como Freen parece enamorada de Becky. Y Rosé como que anda muy pegadita con Jisoo. Sí quieres almorzar y ninguna de tus amigas están, quiero que vengas aquí— me dijo.

Asentí sonriendo.

Casi siempre Jennie y yo nos hacíamos llamadas en las madrugadas, solo hemos hecho dos, ya que hace muy poco somos amigas.

¿Las amigas follan?

Ese no es el punto.

Solo que Jennie y yo hemos comenzado a escribirnos más seguido. Y, admito que ya no demoro ni un segundo en contestarle. El chat de las dos siquiera tiene más de un millón de mensajes y hemos tenido llamadas de dos a cuatro horas.

Siento como mí corazón vuelve a sentir. Sonrio y beso a la hermosa mujer frente mío. No sé si las amigas se besan, pero yo como no tengo amigas no opino.

Era bromita.






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Llegué a casa algo distraída, pensando en todo lo que pasó en casa de Jennie, el sexo, los besos, las muestras de cariño. Todo sucedió ahí.

Y se quedará ahí.

Solo depende de ella si quiere sacar ese tema.

Llegué y lo primero que vi fue a Rosé saliendo del baño. Ella me miró de arriba abajo y ella quedó mirando intensamente mi cuello. Ella me sonrió burlona.

¡Mierda!

¡Las jodidas marcas!

—¿Dónde estuviste?— soltó la primera pregunta. —¿Por qué parece que un vampiro te ha chupado el cuello? ¡Estas toda marcada!— ella rió a carcajadas.

—Primero, cálmate, Rosie. Segundo, estuve en casa de Jennie. Tercero, puede que hayamos hecho más cosas que solo dormir— conté, sentándome en el sofá y suspirando.

Rosé sonrió.

—Sabía que terminarían así— dijo. —¿Ella te gusta, Lis?

—Sí, bueno, no sé, el tiempo que he estado con ella, sus mensajes, algunas llamadas en las madrugadas. Por eso he estado levantándome a las dos de la tarde últimamente. Todo es mágico, Rosie— dije sonriendo y tirándome en el sofá con un cojín tapando mí cara como boba enamorada.

—Es hermoso que vuelvas a enamorarte después de lo ya sabes. Estoy muy feliz por ti, Lis— me dijo, sobando mi espalda.

—¿Y Freen?— cambié de tema para que no note mi sonrojo.

—Se quedó con Becky anoche y han querido tener un día para ellas solas. Bueno, Freen fue la de la idea, aún anda intentando enamorar a Becky— contó. —Hace diez minutos me llamó y me contó que casi la besa. ¡Me está llamando!

Mientras Rosé colgaba la llamada con Freen, yo tomaba Agua y agarraba la Nutella y comenzaba a comerla así nomás. Cuando me gusta alguien, siempre que pienso en ella, como chocolate.

Cuando entré a la sala, Rosé veía algo en su celular, ella parecía emocionada.

Dos horas más tarde, yo seguía esperando a que Freen me llamara a contarme su avance con Becky.

Pero pasaron horas y horas y ella no llamó.

Solamente llamaba a Rosé.

Pensé que estaba ocupada pero hablaba solo con Rosé, así que descarté la idea.

Rosé, Freen y yo siempre hemos sido unidas, nos contábamos todo, incluso le conté a Freen por mensaje que tenía algo importante que decirle sobre Jennie y yo pero ella no respondió nunca.

Hasta ahora.

¿Que estaba pasando?

¿Acaso seré la "excluida" del grupo de tres?

No, aquello es imposible, me dije mentalmente, quizás estoy pensando cosas que no son y Freen piensa que estoy ocupada o algo así.


La Última Rosa Roja - JenLisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora