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Jennie me sentó en la cama.

—Tengo que decirte algo.

Eran las 2am y Jennie me había despertado de mí sueño.

—Dime— dije soñolienta.

—Tengo un regalo para ti— dijo sacando una caja.

Bue, parece un celular.

Pero yo ya tenía uno.

Lo que pasa cuando eres millonario.

Miré a Jennie.

—¿Un celular nuevo, Jen?

Jennie soltó una risa risueña.

Me extrañé.

Abrí la caja dudosa y lo que había allí no era un celular.

Eso era… era, una prueba de embarazo.

Positiva…

La miré en shock y mis ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente.

—Me la hice hoy en la mañana, lo sospeché— dijo ella con timidez. Mordí mis labios y la miré.

—¿Pero como?— pregunté en shock.

Me sentía muy feliz pero primero necesitaba respuestas.

—Hace tres semanas, la vez en mí oficina. Ahí pasó. Eso es muy obvio— ella rodó los ojos sonriendo.

La abracé llorando en su pecho.

—Esa era la razón de mis vómitos matutinos, mis dolores de cabeza, el cansancio— contó.

—Voy a ser mamá…— susurré.

—Sí, amor. Serás mamá— me dijo para luego besarme.

—Prometo ser la mejor mamá del mundo mientras viva— dije. —Lo prometo. ¿Crees que será una niña? Ella será mi princesita. ¡imagínate a un niño! Él será muy guapo…

—Vas a ser una mamá increíble, Lis.

Y si lo cumplí y me siento muy feliz por eso.




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Ya Jennie tenia un mes de embarazo y todas nuestras amigas ya estaban enteradas, A Jisoo se le salían las lágrimas, y ella había dicho que casi lloraba, pero mentira, porque la escuché llorar en el baño de la casa de Rosé.

Freen había reaccionado de la mejor forma, apareciendo a las tres de la madrugada con ropa para bebés, niño y niña.

Y si bien aún no lo sabemos, quiero que sea un hermoso niño.

Si, un niño.

Y los cambios de humor de Jen...

Pues bueno, están por los suelos. Sigue berrinchuda como siempre, duerme, vomita, come mucho, me levanta a las 5 de la mañana a traerle helado con papas, así.

Pero la amo y acepto todo por mí amor a ella y por amor a mí bebé.

Dejé la rosa en a lado de la mesita de noche para que Jennie pueda verla cuando despierte, junto con una notita.

"Si tu fueras oro, estaría muy agradecida de tener tremenda fortuna, amor mío".

Jennie ama mis detalles, sé que puedo ser muy cursi, pero no puedo evitarlo, la amo tanto que me nace ser dulce con ella cada diez segundos de su existencia, ella es mi luz, y con su sonrisa podría iluminar todo el mundo si quisiera, Jennie es mi respirar y yo soy su caminar, las dos nos amamos y ahora que estamos esperando un bebé, espero que lo nuestra siga creciendo mucho más cada día.

No sé si esperar un final feliz de todo esto porque siempre hay algo mal detrás de todo lo hermoso y perfecto, solo sé que disfrutaré de mí vida, de mi amor y de mi futuro bebé lo mas que pueda sin quejarme.

Bebé que por cierto, espero con toda mí alma y quisiera que ya nazca pronto.

Y que sé con certeza que será Niño.

Jennie y yo decidimos que se hará la primera ecografía cuando cumpla las diez semanas de embarazo, todas estamos felices y yo algún momento moriré de felicidad.

Y estoy emocionada.



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Hola, soy yo, Lisa.

Es hoy el día donde haremos nuestro primer ultrasonido.

Obviamente detrás vienen Rosé, Freen, Becky y Jisoo.

Solo entraremos Jennie y yo y mis amigas se quedarán afuera esperando la noticia.

Sin embargo, lo que acaba de decir el doctor me descolocó.

—Son dos, un niño y una niña, felicidades— el hombre dijo sonriendo.

Le atiné. Pero Jennie también.

Dios, que felicidad.

Salimos del consultorio y Jennie y yo las miramos serias.

—¿Qué, que pasó?— preguntó Becky.

—Es que— empecé yo en voz baja.

—¡Son un niño y una niña!— estallamos Jennie y yo bien felices.

—¡Entonces son dos! ¡Tú si que pusiste darle a la Jen!— Jisoo abrazaba a Jennie mientras Rosé y Freen me abrazaban a mí.

—¡Amo! ¡Quiero ser su madrina!— exclamó Freen.

—Lo serán todas cuatro. Ustedes dos serán madrinas de Liam y Rosé y Jisoo madrinas de Isabella— dijo Jennie y la miré.

—Sus nombres son hermosos, mí amor— la besé mientras Freen y Jisoo estallaban en llanto.

—Queremos decirles algo— Rosé dijo.

Todas las miramos expectantes.

—Jisoo y yo decidimos darnos una oportunidad— soltó, con un rastro de emoción en su voz.

—¡Doble fiesta!— gritó Becky.

Y así fue.

Al siguiente día todos los medios de comunicación sabían sobre el embarazo de Jennie y la relación de las dos.

Nuestros padres lo aceptaron y estaban muy felices por ser abuelos.

Y no había donde me entrará más felicidad.

Sin duda el primer día más feliz de mi vida, el segundo fue cuando mi pequeña Isabella y mi bebé Liam nacieron y estuvieron en mis brazos por primera vez.

La Última Rosa Roja - JenLisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora