ⁿᵘᵉˢᵗʳᵒ ᵖʳⁱᵐᵉʳ ᵉⁿᶜᵘᵉⁿᵗᵒ

108 11 18
                                    

El día que lo conoció fue como cualquier otro de su vida, temblorosa se despertó y a tientas busco debajo de sus almohadas hasta encontrar su inhalador, agitandolo un par de veces retiro la tapa y lo puso en su boca, disparando la medicina por su garganta.

-Hija ya despertaste? Ponte suéter antes de bajar, hoy hace frío- Tocó la puerta de su alcoba su madre.

Con pereza la chica se levantó y camino hacia su baño y se lavo el rostro, luego comenzo a cepillar su cabello, la verdad ella no sabía bien como peinarse por lo que solo desenredaba su pelo y lo acomodaba, después salió del baño y busco su uniforme, se lo puso con algo de dificultad y se colocó aquel enorme suéter de lana blanca encima.

Odiaba tener que usarlo.

Odiaba tener que usarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Buenos días

La cocina se sentía fría a comparación de su cuarto, en la mesa había una taza marrón que humeaba y olía no muy bien.

-Buenos días mi vida, pudiste dormir bien? -La saludo una mujer de cabello marrón y ojos azules, estaba preparando el desayuno mientras tomaba café -Tomate el té que hay en la mesa, hoy hace frío -Le señalo

-Sí, ya me di cuenta -Respondió sentandose a la mesa y empezando a beber el té, no sabía bien, pero era necesario al parecer.

-Mi papá ya se fue?

-Sí, hoy tiene mucho trabajo, Leonard va a llevarte a la escuela, tu desayuno ya está listo, llévate tu inhalador.

-Entonces ya me voy -Se levantó de la mesa y dejo la taza vacía en el fregadero, luego tomo su mochila y guardo aquel medicamento y su almuerzo

-Que te vaya bien, cuídate mucho por favor -Le sonrió desde la cocina su madre.

Cuando salió de casa el aire matutino la hizo envolverse más entre los pliegues de su suéter, el chófer abrió la puerta del auto para ella y luego arranco.

El día estaba nublado y el sol apenas y emitía calor por las densas nubes grises, el aire agitaba los árboles suavemente, había unos cuantos charcos de agua en la calle producto de la llovizna de anoche, el auto estaba cálido gracias a la calefacción, y ella empezaba a sentir calor.

-El día está bastante frío verdad? -Hablo el hombre de traje que manejaba.

-Me gustan los días así

-En serio? Pensé que el clima frío le hacía mal

-Dije que me gusta, no que era bueno -Le sonrió con amabilidad la chica -A ti te gustan Leo?

-Prefiero los días soleados señorita, pero también los días así tienen su encanto. -Le sonrió el hombre a la joven por el espejo retrovisor.

Después de un rato el auto había llegado a su destino, la escuela, no es que fuera fea ni nada así, pero no era de sus lugares favoritos.

𝔇𝔢𝔟𝔦𝔩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora