ᵐⁱ ᵖʳⁱᵐᵉʳ ᵃᵐⁱᵍᵒ ᵐⁱᵏᵉʸ

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Nozomi se sentía extrañamente feliz, más feliz que nunca, desde que se habían mudado no había logrado hacer ningún amigo, las únicas personas con las que hablaba durante el día eran, sus padres; el chófer Leonard; la mucama Sally; las cocineras Rosita y Guadalupe; El jardinero Michael.

Y ahora, se encontraba sentada en la azotea de la escuela hablando con el que se había vuelto su nuevo amigo.

-Entonces eres de Corea? Que genial! -Le sonrió el rubio mientras se llevaba a la boca una paleta.

-Sí, aunque solo viví ahí unos años, después del segundo año de la primaria mis padres y yo nos mudamos a California.

-Wow! Entonces, sabes hablar tres idiomas distintos!?

-Cuatro! También se francés, mis padres dicen que las personas que saben idiomas consiguen mejores trabajos. -Sonrió la castaña, mientras miraba el cielo -Tu eres de aquí?

-Sip, nunca he salido del país, o de la ciudad! Toda mi vida viví aquí.

-Vives con tus padres?

-No tengo padres, tengo una hermana menor, y un hermano diez años mayor, aunque ya falleció. Mi hermana y yo vivimos con mi abuelo.

-Oh, lo siento, mis padres dicen que soy muy entrometida, es una mala costumbre.

-Tranquila, no existe ni una familia perfecta! -Le dió un leve golpe en el hombro.

-Ay, jajaja -Se sobo el golpe.

-Te dolió? Eres realmente una debilucha!

-No lo soy! Solo que tengo un cuerpo frágil! -Le saco la lengua -Tu eres un enano.

-Eh?? -Se puso una mano en el pecho de manera dramatica -Para que sepas, todavía tengo 15, aún voy a crecer más -Hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos -Pero lo decía en serio, eres muy débil, te dolió el golpe? Perdon fue sin mala intención.

-Ahh, tranquilo, aún así hubiera sido solo por presionarlo, mi cuerpo es muy inútil! -Se quejo levantando la manga de su uniforme mostrando un pequeño rojo que poco a poco se borraba.

-Vaya, debes de cuidarte bastante eh?

-Sí, casi no puedo hacer nada, a veces es algo deprimente, pero es mejor que estar en un hospital.

Mikey estaba por decir algo más, pero en ese momento la campana de la escuela sonó, avisando el final de clases.

Mikey estaba por decir algo más, pero en ese momento la campana de la escuela sonó, avisando el final de clases

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El rubio de ojos negros sonrió al ver llegar a su amigo de tatuaje.

-Kenchin! Te tengo una noticia!

-Mikey! Por qué no estuviste en tus clases?! -Le regaño jalandole la mejilla.

-Ay! Ay! Ay! Me doy, me doy, además, una clase de nueve no es nada.

-Sí, pero tú te saltaste cuatro! -Le dijo con un rostro enojado y una vena marcada palpitando en la cien.

-¡Oye! -Lo interrumpió la pequeña chica de ojos miel.

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