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-Qué ha ocurrido? -le preguntó él con un tono ocupado. Valentina miró por la ventana, y al ver a toda la escolta vigilando la casa, sintió como que no podía decirlo. De alguna manera él lo captó en aquel silencio.- Vamos a hacer una cosa, vayase al bar: La Cantina, que hay al lado de la estación de policia de su barrio, hablamos allá.

Y así fue. Valentina se arregló y salió de la casa. Un escolta se alistó para salir con ella.

-Vosotros os quedáis aquí, necesito dar una vuelta sola -le dijo al hombre.

-Señorita, el patrón nos dijo que la escoltaramos las 24 horas -se explicó. Ella puso los ojos en blanco.

-Bla bla bla -le interrumpió.- Llama al patrón y ponmelo al telefono.

Sin rechistar, el hombre la conectó rápidamente.

-Qué pasó? -preguntó calmado.

-Mi amor es que tus hombres me están agobiando todo el dia y no me dejan salir sola a dar una vuelta -se quejó con una voz falsa. 

-Ya le expliqué que usted nos dio ordenes claras de escoltarla siempre.

-No me agobien a la niña, dejenla salir dos horas sola -ordenó él.- Si en dos horas no ha vuelto, la buscan.

-Gracias amor -dijo ella antes de subir al coche e irse. 


Llegó rápidamente al lugar, y no le costó encontar a Peña. Se sentó en la silla de enfrente suyo.

-Buenos días, señorita Romero -la saludó. Ella medio sonrió.

-Buenos días, agente -respondió.

-Explíqueme, porqué necesita que proteja a su família? 

Valentina dejó ir aire, y empezó a explicarle.

-Mi familia no sabe de donde sale el dinero, mi "relación" con el es secreta. Pero hoy me llamó y me dijo que quería que mi familia y yo fuesemos a comer a una de sus fincas con el -le explicó.- Javier, en el momento que ellos sepan lo que sucede entre él y yo, ya están amenazados de por vida.

-Yo le voy a cuidar a sus papás, pero a cambio usted me va a cooperar, sí? -le dijo él. Ella asintió.

-Dime lo que sea que he de hacer, pero tienes que prometerme que mi família va a estar segura -le suplicó. Él puso su mano encima de la de Valentina, y ambos sintieron una electricidad que ayer ignoraron. 

-Mientras yo esté, ni a vos ni a su familia les va a pasar nada -le prometió con voz firme. Ella asintió.- Necesito que se calme, y le explicaré todo, entendido?

Respiró hondo y se calmó.

-Irás a la comida y llevarás a tus papás porque no te queda otra. Tienes que convencer a todo el mundo de que realmente estás enamorada de él, sobretodo a Escobar. Necesitas hacerle creer que harias cualquier cosa por él. Lo unico que tendrás que hacer es mantenerme informado de todo lo que hace, de donde está y si captas información extra, decirmela. Nos veremos dos veces a la semana mínimo y me llamarás todos los días.

-Solo eso? -preguntó ella sorprendida.

-Solo eso, por el momento -. Llamó a la camarera.- Regaleme un tintico y una rosca para la señorita.

-Yo no como roscas, engordan mucho -dijo ella. Peña soltó una carcajada.

-Tiene cuerpo de modelo, una rosca no le va a hacer daño.

La camarera le sirvió el desayuno a Valentina, y ella se lo comió lentamente con elegancia. 

Javier se quedó hipnotizado por la joven. De alguna manera, ella habia despertado en el algo que no habia sentido nunca. Era una tonteria llamarlo amor, pero lo cierto es que a Valentina le ocurria lo mismo. 

Que situación más extraña para ambos.

-Y... porqué está con el? Como lo conoció? -preguntó él. 

-Pues, es obvio no? Quien mas que el podria darme la vida que tengo? -expuso ella.- Lo conocí porque el se encaprichó de mi, y pues como vas a rechazar a un narco?

-Siento que tenga que pasar por esto... -dijo con lástima.- Pero le prometo que cuando todo esto acabe, podrá tener la vida normal que merece.

-Sabes... yo siempre creí que esta era la vida que merecia... Llena de lujo y de gente que me adora y hace lo que yo quiera -dejó ir con una risita sarcástica. Levantó su mirada del café para mirarlo a él.- Ahora veo a chicas de mi edad casadas con un hombre que realmente las ama, con sus hijos paseando por el parque, y te juro que cambiaria toda mi fortuna por tener esa vida ni que fuera por un día. 

Una lágrima rodó por su mejilla y se la secó rápidamente.

-Lo siento... ultimamente estoy muy tonta -se disculpó.

-No tiene porque disculparse -le dijo acariciándole la mano.- Yo sé que va a encontrar a un buen hombre que la valore y la sepa tratar como merece.

De algún modo, Javier deseó que aquel hombre fuera él. Y de algún modo, Valentina deseó que fuera él. 

-Ojalá sea así -dijo ella con una sonrisa amable.- Deberia irme ya, me espera un dia largo.

Abrió su bolso buscando su dinero.

-Por favor, yo la invito -dijo Peña.- Ya sé que usted tiene mas plata que yo, pero dejeme ser caballeroso.

Ella sonrió y aceptó.

-Llameme cuando acabe de la comida e informeme de todo -le pidió.

-Descuide, en cuanto llegue a casa será lo primero que haga.

Se despidieron y ella se metió en el coche y condujo a casa rápidamente.

-Vamos a casa de mis papás o que? -dijo Valentina dirijiéndose a los escoltas bajándose del coche.

Rápidamente todos entraron en sus coches y ella se montó en la parte de atrás de un mercedes 4x4.

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𝓪𝓪𝓪𝓪𝓪𝓪  𝓵𝓪𝓼  𝓬𝓸𝓼𝓪𝓼  𝓮𝓶𝓹𝓲𝓮𝔃𝓪𝓷  𝓪  𝓹𝓸𝓷𝓮𝓻𝓼𝓮  𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓮𝓼𝓪𝓷𝓽𝓮𝓼  𝓶𝓲𝓼  𝓷𝓲ñ𝓮𝓼

𝑨𝑻𝑹𝑨𝑷𝑨𝑫𝑨 𝑷𝑶𝑹 𝑳𝑨 𝑳𝑬𝒀 - 𝐉𝐀𝐕𝐈𝐄𝐑 𝐏𝐄Ñ𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora