Twiyor Valentine Week.

Mi ángel salvador.

Royal AU. Loid es príncipe de su nación está comprometido en matrimonio con Fiona, sin embargo no es de quién está enamorado.

Ambos sabían los que estaban haciendo.

Yor era una mujer que lo perdió todo cuando era muy pequeña, se quedó a cargo de su hermano de siete años cuando ella tenía doce, tuvo que salir adelante con lo que podía hacer con las manos, ahora tenía veinticinco. Su hermano ya ayudaba con los gastos y ahora vivían mucho mejor de lo que lo hacían hace años. Por lo que solía tener más tiempo libre, solía salir a correr montando su yegua que se llamaba Arena. Un día, se chocó con él, Arena intento evitar al caballo que se acercaba frente a ella y la hizo caer de costado, él se detuvo y la reviso para asegurarse que no estuviera herida.

Loid ese día se había escapado fue cuando conoció a Fiona y a Yor. Pero primero fue la presentación oficial con quién iba a ser su esposa al día siguiente, su padre lo estaba obligando a casarse así de pronto porque su mamá había muerto y él tenía que ser el siguiente en recibir el trono. Pero no era algo que él quería. Así que, tomó a su caballo, Medianoche y corrió lejos del castillo hasta que se topó con Yor.

La recogió del piso, y ella lo golpeó por ser un imprudente, incluso lo pateo y eso le dolió. Era muy fuerte. Él se rio y no fue hasta que ella vio como estaba vestido que lo reconoció. Le pidió disculpar por hacer tal cosa, pero Loid, contrario a lo que creía ella, estaba asombrado por lo hermosa que era Yor. Cabello negro lacio y largo hasta la espalda baja, acompañado de su cerquillo que contrastaba contra su piel blanca y unos faros rojos como ojos junto a esos labios en un vestido rosado que enmarcaba muy bien sus curvas. Se quedó atónito.

Loid le explicó el porque estaba corriendo y que lamentaba mucho haberla hecho caer, cuyo resultado fue un golpe en su cabeza que sangraba. Él la curo, le dio dinero pero no quería dejar de hablar con ella. Y eso que apenas habían intercambiado un par de palabras.

Yor lo vio abrumado, con la mirada perdida, la voz rota y la desesperación en sus acciones de no querer volver al palacio. Así que lo llevó a su lugar. Dónde el mar era lo único que se podía ver y los rayos de luz se reflejaban en el agua, la vista siempre ha sido la favorita de Yor y solía ir ahí cuando se sentía abrumada lo cual parece que sirvió con él. Y la confianza se formó en ellos tan rápido que sentían que se conocían de otra vida. Y él le explico cómo murió su mamá hace apenas unas semanas, y como ahora su padre quería que se casará con una perfecta desconocida. Ella le preguntó qué haría si no se casaba con ella, que era lo que él quería hacer.

Loid quería superar la muerte de su madre. Se la llevó tan rápido que sentía que no se despidió de su madre, sentía que le quitaron tiempo y que quería algún tipo de consuelo y que no era un buen momento para él. Menos para casarse y empezar a gobernar. Yor lo comprendió. Sonaba a algo que ella hubiera querido. Una oportunidad para sanar antes de madurar. Ella hubiera dado lo que sea por una oportunidad como está.

Y de entre todas las cosas que pudo sugerir o aconsejar. Aconsejo algo que no era del todo maduro, que no era del todo responsable pero que desde el fondo de su corazón siempre había querido ser como su caballo.

Ella no manejaba a Arena con correa o asiento para caballos, había rescatado a su caballo de unos cazadores, la cuido y ella decidió quedarse con Yor. Pero ella era libre. Arena era libre de irse y volver, de correr por el campo, por el bosque y buscar lo que ella quisiera. Era libre. Y quería esa libertad. Porque desde que tiene memoria vivió e hizo las cosas por y para su hermano. Pero ahora... ahora perdió el propósito, y la sonrisa.

Así que sugiero que escaparan. Juntos.

Y él acepto. Porque no tenía nada ya a lo que temer, vivir con su padre era algo que él no quería, no quería casarse con Fiona y ciertamente la tentación de escapar con una bella mujer que conoció hace unas horas era alucinante.