El regreso a Pueblo Paleta

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En Ciudad verde nunca pasaba demasiado, pero eso era parte de su encanto. 

Cualquiera que buscara paz, un espacio libre de pensamientos y el olor a hierba húmeda, Ciudad Verde era el lugar indicado para eso. Pero también lo era si eras un entrenador en busca de ganar la última medalla de kanto.

Justo en el suroeste del pueblo, estaba la atracción principal y la razón por la que este lugar era conocido mundialmente: el gimnasio.

En tiempos pasados, nadie se hubiera imaginado que ese lugar era controlado por el líder de una de las organizaciones criminales más peligrosa de todos los tiempos. No fue hasta que el mismo Red acabó uno a uno con los miembros de aquel grupo que el control volvió a Ciudad verde, y la paz regresó a todo Kanto. 

Ahora en su lugar, un entrenador diferente lideraba aquel gimnasio.

En ese momento, se estaba llevando a cabo una batalla. El retador estaba teniendo muchos problemas para derrotar al líder. ¡Ni siquiera había podido acabar con su Pidgeot!

—Gloom, ¡Bomba semilla!

—¡Pidgeott, TORNADO!-— Ordenó el joven líder señalando al pokemon de su rival.

El pokemon pájaro sacudió sus alas con fuerza, mandando un torrente de aire que dispersó los proyectiles Gloom, para luego golpear directo al pokemon tipo planta. Un ataque directo que lo dejó mordiendo el polvo.

El entrenador contrario apretó los puños con frustración al ver que su pokemon había sido derrotado. Lo regresó a la pokebola, y en su lugar envió a un Raichu.

—Raichu, confío en ti. ¡Usa TRUENO!

Unas espesas nubes grises comenzaron a formarse sobre sus cabezas. Green mantenía la mirada fija en la masa de nubes, mientras Pidgeot esperaba instrucciones.

—Interesante... Pidgeot ¡Usa ataque de arena!— Comandó Green.

Pidgeot obedeció, y una ola de tierra invadió el estadio antes de que un rayo en forma de serpiente impactara contra el suelo. Cuando la tierra y el humo se disiparon, el victorioso pokemon de Green se elevó por los aires.

—¡Lo esquivó!—Gruñó el entrenador retador.

—¿Pensaste que tu Raichu me iba a meter en problemas, verdad? Por desgracia para ti, la ventaja de tipos no lo es todo.—Dijo Green esbozando media sonrisa. —Vas a necesitar más que conocimiento técnico si quieres vencerme.

—¡Eso ya lo sé!—Reclamó el entrenador. —¡Raichu, ataque rápido!

—¡Rai!

Raichu comenzó a correr a gran velocidad, listo para impactar contra su contrincante. Green sonrió. Ya esperaba que hiciera eso.

—Pidgeot, pico taladro.—Ordenó Green en tono relajado.

Pidgeot envistió cual ave de caza hacia el pokemon roedor, haciendo su pico brillar  como si estuviera hecho de acero puro. El ataque impactó contra Raichu con tal fuerza, que salió disparado al otro extremo de la zona de combate.

—Te lo dije.—Se burló el joven líder encogiéndose de hombros. 

Raichu se puso de pie, pero por su estado no parecía que fuera a resistir mucho más.

A pesar de que Green estaba sumido en el momento, algo llamó su atención. Una silueta conocida fue revelada ante sus ojos al ver al frente.

En las gradas, sentado en la tercera fila, estaba él. Su viejo amigo y rival, recargando su cabeza en sus manos. El pelinegro le dirigió una leve sonrisa al comprobar que finalmente había sido reconocido. Los ojos de Green se abrieron, tratando de asimilar aquella aparición. 

La falla de RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora