Un Paso a la Vez [GioMis] [JJBA]

El Club de los Viernes - I

"Passione está cambiando" Es una frase que se difunde con velocidad entre las paredes de los antros. Se repite en oficinas, limusinas, habitaciones de hotel, cementerios y misas. Y no todos reciben la noticia con alegría, pero si la difunden con urgencia. Viene acompañada de historias, de testimonios.. sobre como el nuevo Don hace lo impensable y convierte a Passione en algo que no entienden, o mejor dicho, que no conciben.

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Giorno Giovanna estiró el brazo y recogió a la última serpiente. Tras acariciarla con un gesto que podría interpretarse como ternura esta se transformó en una silla. La colocó junto con las otras siete sillas y tras comprobar que no faltaba ninguna abandonó el jardín de la lujosa casa.

Hace sólo unos minutos tenía frente a él a todos los Capos de la zona central y sur de Roma y ahora dejaba tras de si únicamente un jardín, un enajenadamente hermoso jardín. Recargado de manzanos, olivos y cipreses, abrazados todos por enredaderas cruzadas de las que brotaban bellas y coloridas flores.

Al ver salir a su Jefe, el pistolero guardo el arma en la parte delantera de sus pantalones y sin decir una sola palabra caminó junto a él.

Un hombre corría tras ellos. Suplicaba entre sollozos. Sus palabras ininteligibles llegaron a oídos del Don quien se detuvo antes de cruzar el vestíbulo.

- Señor.. Don Giovanna.. por favor..

- ¿Deseas acabar igual? -dijo sin girarse.

- ¡No señor! ¡No!

- ¿Cual es tu nombre?

- Paolo, señor.. ¡Paolo Rossi!

- Bien Paolo Rossi, te quiero mañana a primera hora en Nápoles -recibió un pañuelo de manos de Mista y se limpió indiferente algunas gotas carmesí que se deslizaban en su chaqueta- Buscarás a Pannacotta Fugo y te pondrás a su servicio.

- ¡Si señor! ¡Gracias señor!

Ante la mirada aún conmocionada de Paolo Rossi, Don Giorno Giovanna y Guido Mista abandonaron la mansión, subieron al auto y se retiraron del lugar tal y como llegaron, en silencio.

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- Se lo que estás haciendo -la voz de Fugo sonaba por el celular un poco como el regaño de una madre que había atrapado a su hijo haciendo una travesura.

- Si? -El rubio no pudo evitar responder con sarcástica curiosidad.