El Retorno de la Primavera - IV

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[Advertencia: Lenguaje, Violencia, Sangre]

[Las traducciones están al final del capítulo]


La pequeña ventana que sirvió de entrada a la gaviota y que estaba en lo mas alto del viejo almacén daba directamente a una amplia habitación. Ahora Giorno se encontraba dentro de ella, a oscuras, y después de intentar -fallidamente- caminar a tientas, llamó a Golden Experience para que su brillo dorado le permitiese ver si quiera un poco sin tener que encender las luces. Comprobó que estaba en una oficina abandonada, dejó atrás la habitación y llegó a otro ambiente. Era muy similar al anterior. Notó que un par de escritorios estaban llenos de carpetas, hojas de papel, lápices y pisapapeles. Era el exceso de polvo el que evidenciaba su falta de uso. Se acercó a uno de ellos y examinó los objetos abandonados, pensativo.


Un extraño sonido casi imperceptible le hizo detenerse. Provenía de la misma habitación donde se encontraba. Observó lentamente a su alrededor, en tanto que sus manos viajaron a sus bolsillos llevando con ellas puñados de lápices, gomas y cuchillas que tomó del escritorio. Se concentró para poder oír mejor.


Silencio.


Esperó unos segundos, nada pasó. Volvió su atención a los escritorios pero nuevamente el sonido le interrumpió. Esta vez lo escuchó mejor. Pisadas, algo se acercaba. Se puso en alerta de inmediato y cuando estuvo a punto de reaccionar la repentina aparición de la gaviota tras el escritorio hizo que Giorno frenase de golpe sus acciones y apretara los dientes para no hacer ningún ruido.


- Me asustaste -le susurró. Sin embargo, el hecho de que el ave estuviese allí con él y no con Mista lo inquietó- ¿No puedes ir con tu dueño? ¿Porqué? -la gaviota lo observó en silencio y dio un par de saltos, ahora posicionándose sobre el escritorio, acercándose a él para apoyar delicadamente su pico en su brazo. Giorno se sorprendió por el gesto y acarició al ave en respuesta.


Poco después supo cual era el problema. El ambiente donde se encontraban estaba cerrado con llave. Se acercó a la puerta y la tocó para convertirla en un cúmulo de mariposas monarca que abandonaron la habitación saliendo por la ventana que el Don usó para ingresar. La gaviota saltó al suelo, observó a Giorno y tras cruzar la puerta se alzó al vuelo.


- Ten cuidado -le alcanzó a decir.


Una vez que el ave se perdió de vista en algún rincón tras las vigas del elevado techo, Giorno se preguntó si la discreta inteligencia del ave tenía que ver con el hecho de que era en realidad el revolver de Mista -y hogar de los pistols-.


Descartando la pregunta para otro momento se movió sigilosamente por entre los niveles hasta llegar al primer piso. Unas voces no muy lejos de él le hicieron detenerse.


- ¿En cuanto llegará?

- No estaba en la fiesta, pero calculo que ya debe haberse enterado.. estará aquí para mañana.

- Deberíamos planificar.

- De acuerdo.. recuerda lo que puedo hacer, no podrá conmigo.

- Ya veremos.


Los observó a una distancia prudente, escondido tras una ancha columna en el extremo de un pasadizo no muy lejos de ellos. Vio como ambos hombres se separaban y uno caminaba hacia los baños. Escuchó el sonido del agua cayendo de un grifo abierto.

Un Paso a la Vez [GioMis] [JJBA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora