Capitulo 7

20 1 0
                                    

Al cabo de un rato, Maya y yo estábamos comiendo pizza de un puesto que nos encontramos en la calle. Ambos estábamos disfrutando del hecho de estar simplemente ahí. No hablamos durante un rato, y creo que no se sintió incómodo.

No fue un silencio de esos en los que simplemente quieres morir porque no sabes que carajos decir, era un silencio diferente.

Una cosa que me llamó la atención de ella fue que tenía un tatuaje de mariposa por detrás del cuello. Logré verlo cuando se hizo una coleta larga de cabello, dejando caer algunos mechones despeinados. Su cara era muy bonita, era una lastima que sus ojos estuvieran tan tristes.

Lo segundo que me llamó la atención de ella, fue que a pesar de que sus ojos dijeran a claramente que estaba triste, ella aún tenía una sonrisa en la cara. No entendía la razón. Siempre creí que sonreír cuando estabas mal era completamente difícil. Pero supongo que no a todos les gusta demostrar lo mal que están. O quizá, la forma de demostrarlo es fingiendo que eres feliz.

—Gracias por invitarme —Maya sonrió y se acercó a donde yo estaba recargado.

—Seguramente el inodoro no lo agradecerá...

—No creo que nos haga daño... se ve muy... ¿higiénico?

—Probablemente no. Aún que, ahora que lo pienso —mire de nuevo el carrito de comida rápida—. Creo que no deberíamos descartar una explosión.

—No lo descartaré. Muchas gracias por la sugerencia.

—No hay de que.

Maya me miro con la cabeza ladeada. Después fijó su mirada en otra cosa que no era yo. Y por un momento eso me disgustó un poco. Por alguna razón, me gustaba que me mirara.

—Así que eres de aquí, ¿no es así? —le pregunté, simplemente porque quería hablar sobre algo.

—Más o menos.

La miré con curiosidad.

—¿Más o menos?

Se detuvo unos segundos antes de responderme.

—Nos acabamos de mudar hace unos meses... aquí hay, mejores cosas.

—¿Mejores cosas? —pregunté, dudoso. Aquí no había nada de cosas buenas.

—Si, bueno... para mi padre al menos.

—¿Así que se mudaron porque tu padre dice que este lugar tiene mejores cosas?

—Si, aún que si te soy sincera, en el tiempo que llevo aquí, no he notado nada bueno... —respondió—. Supongo que lo único bueno que me ha pasado es estar aquí comiendo una pizza de dudosa higiene.

—Nada mejor que comer una pizza en la calle, con el polvo cayéndole encima cada microsegundo.

—¡Nooo! Basta... me está dando asco...

Reí fuertemente y ella emitió un pequeño suspiro.

—¿Echas de menos tu vida antes de llegar acá? —le pregunté.

Se tomó unos segundos más en responder. Parecía indecisa.

—Echo de menos los lugares, no a las personas. Allá no tenía muchos amigos. Acepte venir aquí porque no había nadie que me detuviera de quedarme allá—me miro—. ¿Y qué hay de ti?

—Yo tampoco tengo muchos amigos. Incluso estoy seguro de que podría irme ahora mismo de aquí, y quizá nadie lo note.

—¿Y por qué no lo haces? —me preguntó.

—Porque todavía hay algo que me detiene.

—¿Y que es ese algo?

—Mi familia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 26, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Después del atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora