Capítulo 4

51 9 1
                                    

Capítulo 4.

Adams

Por fin ya terminaron las vacaciones de verano y nunca había estado tan desesperado porqué comenzarán las clases sabía que al llegar al colegio lo iba a ver aunque sea para fastidiarlo como siempre lo eh hecho desde que tengo memoria.

Todo había comenzado con una simple apuesta que me hicieron mis amigos Marcos y Richard de hacerle una pequeña broma a Adnels, Recuerdo que fue en mi primer año de bachillerato estábamos por comenzar las clases cuando por la puerta principal entra un chico pelirrojo de ojos azules como el color del mar, se veía tan inocente que no le haría daño ni a una mosca, fué allí cuando a los chicos se les ocurrió la estupidez de darme un papel con algo escrito que decía "Serás nuestro nuevo juguete" para que se lo pegará en la espalda y así lo hice. Desde entonces me sentía culpable por las burlas que recibió aquél chico, por eso para callar esa culpa cada vez las bromas se hicieron más pesadas y frecuentes cuando nos enteramos que ese chico era Gay, no podía parar con las burlas homofóbicas, lo hacía para llenar el vacío que tengo por dentro y la única forma de hacerlo era haciéndole daño a las demás personas, pero por alguna extraña razón me había ensañado con ese pobre chico que ningún daño me había hecho.

Hasta después de un tiempo que me dí cuenta que la verdadera razón por la cual yo le hacía toda clase de cosas, era por qué estaba enamorado de él, no lo podía creer ni mucho menos aceptar. Pero cada vez que me alejaba de él algo me atraía como un imán, cómo el azul de sus ojos, cómo arruga la nariz cuando algo no le gusta, cómo me fulmina con la mirada cuando lo molesto, cómo muerde su labio inferior que me provoca besar y sobre todo esa sonrisa hermosa que tiene, él me enseñó a sentir cosas que jamás en mi vida había sentido antes, aunque él no lo sabe.

Sacudo mi cabeza con fuerza, para dejar de pensar.

Me termino de colocar el uniforme con la corbata suelta y sin abrocharme los primero botones de la camisa como siempre, bajo a desayunar y como de costumbre estoy solo en la casa como todo el tiempo, muy pocas veces veo a mis padres, mi mamá vive en Europa París con su actual esposo Dean Bernard y mi hermanito Adrien de 2 años, solo los veo durante las vacaciones y por video chat, en cambio papá trabaja todo el día es el jefe de finanzas de una empacadora de carne, se va muy temprano y llega muy tarde, casi no hablamos por qué cuando está libre se la pasa durmiendo o tomando en bares. El matrimonio de mis padres ya estaba fracturado desde mucho tiempo atrás, por su falta de atención, pero por lo menos tenía el consuelo de mi madre pero ahora ni eso tengo.

—En esta casa solo se respira aire de soledad— dije en un suspiro. Voy a la nevera y en la puerta está una fotografía de nosotros tres de hace unos seis o siete años, ese día éramos felices y no lo sabíamos, estábamos en un parque infantil jugando en los columpios. Yo era un niño en ese entonces, mamá es de tez trigueña, su cabello negro lo cargaba suelto, sus ojos son del mismo color que los míos, andaba con un vestido verde largo y papá vestía una camisa tipo hawaiana de varios colores, una bermuda gris, su pelo es amarillo claro por eso es que sus amigos le dicen “El catire” y sus ojos son verdes. Ambos estaban parado detrás de mí con una sonrisa de felicidad. Pero la familia feliz se acabó cuando a papá lo ascendieron a jefe de finanzas desde allí se entregó a su trabajo descuidando de nosotros y ocasionando que la familia se desvaneciera. La abro, tomo unas frutas para comer por el camino y me voy.

De camino a "Mira Flores" voy en silencio meditando de cómo sería éste mi último año, sin saber que me iba a preparar el futuro. No quiero ser tan pesado esta vez con Adnels, el daño que le hago a él, es como si me lo estuviera haciendo yo mismo, pero por más que trato de detenerme no puedo. Es la única forma que tengo para estar cerca de él. Si le digo lo que siento me rechazará y no me perdonará todo lo que eh hecho, como aquella vez en la cafetería, pasé cerca de su mesa y me tropecé a propósito derramando toda mi bandeja de comida encima de él, todos reían mientras me miraba con ojos de odio, sentí una punzada en mi estómago que no me gustó y no pude evitar sentirme mal, no me dijo nada solo se levantó y se fue aún cuando todos seguían riendo. Quería correr tras de él y pedirle perdón, pero no me creería nada de lo que le dijera.

Del Odio Al Amor Solo Hay Un Paso 🏳️‍🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora