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Tal vez se pregunten qué sucedió luego de que el grupo de Hye-ji me dejara tirada en el suelo del baño. Antes de empezar a contar lo que sucede en la secundaria cada día, les contaré que sucedió cuando desperté.

— Días anteriores —

Mis ojos empezaban a abrirse y cerrarse, cuando los abría podía ver varias personas algo borrosas cerca mío. ¿Donde estaba?

Pude mantenerme despierta, sin cerrar los ojos, empecé a enfocar mi vista y cada vez las personas que veía caminando, las podía ver mejor, eran... Médicos, ¿estoy en el hospital, como?

Mire hacia todos lados tratando encontrar a la persona que me había traído, pero no había nadie y eso me creo más curiosidad aún. Mire hacia un lado y comencé a pensar, recordé cuando... Cuando una persona me encontró en el baño, pero no pude ver a esa persona bien, ¿será que esa persona me trajo?

Me sentía mareada, con nauseas, mire hacia el suelo para ver si es que había algún bote de basura, vi uno, extendí mi brazo para intentar agarrarlo. Alguien agarro el bote de basura, levante mi mirada para ver quien había agarrado el bote de basura, el silencio se rompió al escuchar una voz.

— ¿Lo necesitas? ten — El chico frente a mi me dio el bote de basura y sonrió de lado.

Sus ojos eran castaños, su cabello negro y algo brillante, tenía linda sonrisa. Él estaba en una camilla junto a mí, me preguntó que le habrá ocurrido.

Vi el bote de basura intentando aguantar mis nauseas, inhalé y exhale.

— Oye, ¿que te sucedió, como llegaste aquí? parecías estar bastante herida cuando te trajeron aquí. — Me dijo el chico junto a mí y su sonrisa se fue lentamente.

Mi mirada se dirigió hacia él, para poder preguntarle algo.
— Tú... ¿Tú viste cuando me trajeron aquí?

El chico asintió.

— Y.. ¿Viste quien fue la persona que me trajo?

El trago su saliva y miró hacia otro lado. Parecía nervioso, pero, ¿por qué?

Lo mire confundida y él respondió.

— No, no ví quien te trajo, al parecer la persona se fue cuando te trajo hasta aquí, no alcancé a ver quién era.
— Ah... Bueno. — Respondí y agache la cabeza un poco.

Él me miró. Quiso hablarme pero alguien lo interrumpió.

— Ya despertaste. — Un médico vino conmigo y lo mire.
— ¿Tienes el número de algún familiar? alguien debería venir. — Me preguntó.
— Eh... Yo me siento bien, puedo irme. — Respondí.
— ¿Irte? sigues lastimada, no puedes. Te traeremos unos medicamentos antes, espéranos. — Dicho eso el médico se fue.

No quería alarmar a mi madre, me iré ahora mismo. Me senté lentamente en la camilla para luego levantarme. El chico junto a mi me miró y dijo.

— Oye, ¿que estás haciendo?

No respondí a su pregunta, busqué con mi mirada mis zapatos hasta que los vi, me levanté para poder agarrarlos, antes de que pudiera agacharme para agarrar mis zapatos, el chico me agarro del brazo.

Me dolió el brazo... Era por la quemadura que había creado Hye-ji, enserio ardía, pero creo poder soportar el dolor.

— Ay... — Me quejó por el dolor y lo veo.
— ¿Que sucede? — Me preguntó, acerco mi brazo hacia él y vio la quemadura.
— ¿Qué, como te hiciste esto? — Me miró directamente a los ojos.
— No es asunto tuyo.

Logre que me soltara el brazo, me aleje de él, agarre mis zapatos y empecé a colocármelos. Mientras me colocaba los zapatos, él me hablaba.

— No puedes irte, estás muy herida y... Debes esperar tus medicamentos.
— No los necesito. — Respondí.
— Si los necesitas, quédate.
— ¿Por qué tanta preocupación? no me conoces, soy una desconocida para ti. Te agradezco la preocupación de todas formas.

Seré la razón por la que sigas de pieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora