Zayn paseaba por su despacho con la vista fija en la agenda abierta en su mesa.
Había contado los días desde la última vez que viera a Liam hasta parar en el
cuatro de febrero.—Ni muy pronto ni muy tarde —murmuró. Diez días eran un periodo razonable. Dejó de pasear y miró el teléfono. ¿Por qué no llamarlo y acabar de una vez? Se sentó a su mesa, marcó el número de Lisa y esperó.
—¿Diga?
—Hola, Roy, soy Zayn Malik.
—Hola, Zayn. ¿Cómo estás?
—Bien. ¿Está Liam por ahí?
—Espera un momento. Está ayudando a Lisa con la cena.
Zayn oyó a Roy gritar el nombre de Liam y un momento después el ruido sordo de
una mano en el auricular. —Hola —dijo al fin la voz del castaño.—Hola. ¿Qué tal?
—Bien, Zayn. ¿Y tú?
Zayn decidió ignorar la pregunta e ir directo al grano. —¿Tienes planes para San Valentín? —Hubo un silencio y Zayn contó los segundos. Le pareció que pasaba una vida, pero en realidad sólo había contado hasta tres cuando Liam volvió a hablar.
—No.
—¿Quieres salir conmigo? Podemos ir a cenar y a bailar. Te gusta bailar, ¿no?
—Sí.
Zayn gimió en su interior. Aquello no iba bien en absoluto. Liam no se mostraba
entusiasmado precisamente. —¿Qué me dices?—De acuerdo. Puede ser divertido. ¿A qué hora?
—Te recogeré a las siete. ¿Te parece bien?
—Muy bien. Hasta entonces, Zayn.
—Adiós —colgó el teléfono y apoyó la frente en la superficie fría de su mesa.
—¿Se encuentra bien?
Zayn levantó la vista, con la barbilla apoyada en la mesa. La señora Arnstein
estaba de pie en la puerta. —Estoy bien —contestó. —Creía que ya se había marchado.—Esperaba al agente de viajes con el billete para Denver —entró y dejó el billete de avión en la mesa—. Sale el lunes por la mañana y vuelve el martes a media tarde.
Zayn se enderezó en la silla. —Creía que volvía el lunes. El martes es San Valentín.
—Han llamado para cambiar la reunión del lunes con los arquitectos por una
cena. Dicen que se prolongará y no he podido conseguir vuelo para el martes por
la mañana. No sabía que tuviera planes para San Valentín.—Supongo que llegaré a tiempo.
—¿Algo más? —preguntó ella.
—Sí. ¿Conoce un buen lugar para ir a bailar en esta ciudad? Y me refiero a un sitio
anticuado, con banda de música que toque canciones antiguas románticas. Un
lugar para bailar lento.La señora Arnstein sonrió. —Ahora mismo no se me ocurre, pero puedo indagar.
Salió del despacho y Zayn se recostó en su silla y enlazó las manos detrás de la
cabeza. La cena era fácil, conocía unos cuantos restaurantes buenos. Su secretaria trabajaba en el aspecto del baile.—Flores —murmuró—. Rosas inglesas, por supuesto. Un ramo grande en crema y
amarillo.Metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y sacó la cajita de terciopelo que tenía por costumbre llevar consigo. La abrió y sacó el anillo de diamantes. Unas semanas atrás, pensaba que su compra había sido un gran error, pero por primera vez desde que Liam se marchara de su casa, tenía motivos para esperar que el anillo pudiera acabar un día en su dedo.
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Legalmente suyo.
FanfictionCuando el guapo Zayn Malik preparó un contrato matrimonial entre Liam Payne y él, Liam supuso que sólo estaba bromeando. Pero no pensó lo mismo cuando seis años más tarde Zayn se presentó en su puerta para formalizarlo. ¿Qué podía hacer Liam para...