Fin

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Porchay volvió a casa de sus padres en un principio pues estos habían cambiado su actitud hacia el bebé y poco a poco fueron aceptando también a Kim, con lo que permitieron que los visitara también.

El alfa había aprendido a amar, así como el omega lo amaba a él y mientras cumplía con su deber social con los trabajos comunitarios impuestos.

Durante un mes, este al terminar su deber en su empresa, acudía al centro comunitario de mayores y prestaba atención a estos.

Kahlan al igual que su padre, sacaban lo mejor de Kim y por eso este era un alfa feliz, amable, apenas impulsivo y sobre todo nada abusador, sus socios y empleados agradecieron el cambio, pues el pura sangre había sido bastante déspota y cruel.

Cuando Porchay vio que ya podria ocuparse solo de su bebé y su cuerpo ya aceptaba los supresores, este decidió irse con su alfa y como si fuese la primera vez, nerviosos pasaron su primera noche juntos.

Todo fue con amor, no hubo prisas ni tampoco abusos, solo besos, caricias, muchas palabras hermosas y promesas dulces.

Tras acostar a la luz de sus ojos, el omega comprobó que su bebé dormía tranquilo y entonces fue a la habitación del alfa donde este le esperaba ansioso.

..-Hola amor, el bebé ya está dormidito-dijo el omega con voz melosa tumbándose al lado del alfa.

Kim aspiró su dulce y exquisito aroma y sonrió.

-¿Estás cansado cielo?, Podemos dormir solamente.

Le rodeó con sus brazos tiernamente para arroparlo y el omega se recostó en su pecho.

-Kim..

-Si, dime amor-dijo el alfa muy relajado.

-Ya sé que estás muy tarde pero ¿Te enfadarías si te digo que si me apetece hacerlo?-dijo el omega mirándolo con ojos de súplica.

El alfa rió.

-Eres increíble mi amor, ¿Cómo me voy a molestar porque quieras amarme?...Sabes que yo me muero por estar contigo a todas horas pero no quiero volver a obligarte a hacer nada que tú no desees.

El omega sonrió con sus ojos llenos de lágrimas.

-Tómame Kim, hazme tuyo de nuevo.

El alfa entonces besó sus labios mientras le quitaba la camiseta con la que se había acostado.

Porchay temblaba entre los brazos de su alfa, se sentía débil, febril y su cuerpo ya no le respondía, pues el deseo lo dominaba y ya dejó de tener voluntad propia, no pensó en nada más y se abandonó al placer que el alfa le producía.

Este también se quitó su pijama mientras acariciaba la suave y tostada piel de su omega, subiéndose encima suyo y cubriéndolo totalmente.

Se quitó el boxer dejando al descubierto su enorme erección y haciendo que el omega gimiese con más fuerza, con el tacto de sus miembros.

El alfa besaba y lamía sin descanso el pecho del omega, mordía las tiernas tetillas, se moría por volver a marcarlo, jamás lo había deseado tanto con otro omega, ya que la marca que le había hecho, en su arrebato de celo diabólico casi un año atrás, casi se desvanecía.

Se incorporó y abrió la piernas de este haciendo que este soltase un erótico suspiro que lo volvió loco y eso mandó una fuerte corriente a su miembro, la cual moría por introducirse en él, entonces sus músculos se agrandaron, doblo su tamaño y sus ojos se oscurecieron.

Sin embargo el alfa siguió siendo gentil pues sentía amor y quería ser amoroso y disfrutando del acto, así como también hacer disfrutar a su omega.

Tras muchos besos y caricias mas, recorriendo el cuerpo de Porchay, oyó la súplica de este.

-Quiero sentirte, te necesito... llename de ti, amor

-Te deseo tanto, pequeño... eres increíblemente sexy cariño-le dijo el alfa mientras besaba sus muslos.

Poco a poco Kim se introdujo en Porchay pues este chorreaba lubricante y estaba muy dilatado por el deseo que sentía.

El omega arqueó su espalda y soltó un fuerte suspiro, cuando el alfa se adentró en su interior, luego el alfa comenzó a sacar y a meter su miembro, primero despacio y luego incrementando el ritmo, haciendo gritar de placer al omega.

Kim tocaba una y otra vez la próstata de su omega, haciéndolo estremecerse y tras unos minutos de fuertes estocadas, el omega se corrió en su propio vientre.

Este sentía próximo su nudo, así que lo preparó besándo y acariciándo su cuerpo para relajarlo nuevamente, susurrándole palabras hermosas al oído, mientras su nudo se hinchaba, entonces sus colmillos se agrandaron y los clavó en el cuello del omega.

Porchay tapó su boca para acallar su grito y no despertar a su bebé, mientras que sentía su interior llenarse semilla de su amado alfa.

-Aaaah esto es tan hermoso...aaah, te amoooo... aaah, te amoo-susurró Kim entre jadeos.

-Me gusta tanto verte así, me gustas mucho más - rió el omega volviéndole a besar.

Tras unos minutos soltando su semen, el alfa salió de Porchay y se tumbó exhausto en la cama a su lado de nuevo.

Los dos respiraban agitados y relajados tras compartir ese primer y gran momento, él cual estuvo lleno de amor.

Tras besarse una vez más se sonrieron y poco después se abrazaron, quedándose profundamente dormidos, minutos después.


Fin


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Esta historia tiene epílogo
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9. KimPorchay: El gruñido del alfa - Omegaverse Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora