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El día del juicio estaba muy cerca y los Kittisawasd estaban muy seguros de ganar y meter finalmente a Kim entre rejas para siempre.

Sin embargo estos ignoraban que su hijo y el abogado, tras encontrarse, tenían un plan, ya que el omega comenzó a decirles que se marcharía de casa si no retiraban los cargos y aceptaban a su alfa y al bebé como su familia.

Sus padres no cedieron más que nada porque no se lo creían, ¿dónde iba a estar su hijo con un bebé recién nacido mejor que en casa de sus progenitores?, además ellos pensaban que su hijo estaba traumatizado por el secuestro pero no era así para nada.

Tras varios días de discusiones, advertencias, lloros, gritos y castigos, Porchay había cogido la maleta de su bebé y la suya, además de todos sus ahorros y había desaparecido.

Joong se le llevó a un tranquilo y bonito hotel escondido a las afueras de la cuidad, en dónde le debían un favor y eran muy discretos.

Durante una semana, el omega no había dado señales de vida y sus padres se volvieron locos, buscaron por todos lados e incluso mandaron la policía a casa del alfa, a casa del abogado, a la del maestro y a la de Macau, tras descubrir que era primo de Kim, ya que desconfiaban de todo el mundo.

El día del juicio finalmente llegó y los padres de Porchay acudieron muy desanimados y como Joong había sospechado, parecían estar ya más dispuestos a ceder, en cuanto vieron aparecer a su hijo, con su bebé en brazos y este ni los miró.

Este subió al estrado como la otra parte implicada y declaró a favor del alfa, contó todo con pelos y señales pero de una forma idílica, oprimiendo todo lo feo y terrorífico.

Sus palabras conmovieron a un jurado popular entregado en su historia, el cual estaba formado por betas, omegas y algún que otro alfa y también al juez, que era un anciano alfa y que también se emocionó con las dulces y tiernas palabras de Porchay dijo sobre el padre de su bebé.

Desde su asiento, Kim miró orgulloso y con admiración a su omega y entonces todos comprobaron que a pesar de las terribles circunstancias en las que se habían encontrado, estos eran destinados que se amaban y se complementaban perfectamente.

Además teniendo en cuenta que el alfa era un pura sangre, que difícilmente podía controlar sus instintos, todo pareció carecer de importancia ante las miradas y sonrisas de la pareja.

Cuando el fiscal llamó a los padres del omega al estrado para declarar, Kim y Porchay se temieron lo peor, aunque por el contrario el abogado que tenía el instinto de años de experiencia en la abogacía, si confío en su intuición.

Había tratado con alfas, omegas y betas de toda clase y de todo tipo, así que no se sorprendió cuando Koney y su esposo decidieron retirar los cargos y perdonar.

Al fin estos entendieron que su hijo ya había escogido, que no se echaría para atrás en su decisión y que estaba dispuesto a todo por su alfa y por su bebé.

Finalmente Kim fue absuelto de los cargos de rapto, violación y maltrato durante todo el tiempo que duro su celo pero por los restantes días en los que reincidió y no liberó a Porchay, fue penado con pagar una multa bastante elevada y también a hacer trabajos para la sociedad; como ayudar a omegas desamparados en el centro social y a alfas y betas ancianos, enfermos en las residencias de la cuidad, aunque no lo importó pues ya que era libre.

Porchay corrió a los brazos del alfa y este lo beso y abrazó con gran emoción pues estaba absuelto y ya podrían amarse libremente sin ser cuestionados.

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Esto se acaba
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9. KimPorchay: El gruñido del alfa - Omegaverse Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora